ser unica no es ser especial

Cap 18

Intente seguirlos de lejos pero me sacaban ventaja y por tanto llego un momento en el que los perdí. Nunca había estado en el Bosque Prohibido sola. Ni sola ni acompañada. Genial, me he perdido, perfecto. Siempre podría volver atrás sobre mis propios pasos pero no está entre mis opciones, he llegado hasta aquí no volveré. Decidí caminar en línea recta con lo oídos bien alerta por si captaba el sonido de alguna voz. Me impresionaban los altos árboles y lo tupidas que eran sus copas, las cuales escasamente dejaban pasar los rayos solares. Eran plantas gigantescas y sus raíces dificultaban el andar del más experimentado senderista. Por si fuera poco había mucha húmedas y dichas raíces estaban húmedas y resbalosas. Resultaba complicado pasar por encima de ellas y como ya que no gozo de gran agilidad…me caí sobre el fangoso suelo. Maldición, esta túnica era nueva. Estaba llena de fango y una sustancia viscosa y verde. Afortunadamente el daño físico fue mínimo, un pequeño rasguño del que no quedaría rastro pasados 2 días. Por lo sucedido me propuse ir con más cautela, más aun. Por otra parte los efectos del brebaje que me dio la enfermera empezaban a desaparecer. Notaba como el ardor y la taquicardia volvía a formar parte de mi cuerpo. No tenía tiempo que perder, debía encontrarlos, no podía arriesgarme a desmayarme en medio de un bosque y tampoco podía volver.- Pregúntale a alguien, deben de haberlos visto pasar.- Aquí no hay nadie, no tiene sentí…Por primera vez esa voz servía de algo. Me detuve en seco, quedándome inmóvil, cerré mis ojos y respire hondo. Ojala esto sirva de algo. De repente note que algo subía por mi pierna izquierda. Había dado resultado. Mire y vi una serpiente pequeña. La cogí con cuidado.

-Haz visto pasar a otras alumnos por aquí?- pregunte en parsel

-Si-

-Me podrías decir en qué dirección fueron- pedí. La serpiente vacilo bastante en dar una  respuesta.

-Yo que tu no iría. Hay centauros a donde se dirigen- sugirió intentado persuadirme

-Donde están-

-Hacia la izquierda, todo recto hasta la zona donde los arboles están quebrados. Hay algo más que centauros por esa parte del Bosque.- aclaro al fin y me advirtió de los peligros que correría. Hice caso omiso a esa frase

-Gracias-  dije esbozando una sonrisa en mi cara llena de barro. La deje en el suelo y emprendí camino con la sindicaciones que me había dado lo más rápido que me fue posible. La taquicardia no disminuía y los ojos me ardían. Cuando llegue a “la zona donde los arboles están quebrados” saque mi varita por si acaso y camine a hurtadillas. Un grito grave y ronco inundo el bosque, sabia de donde provenía pero n veía quien lo emitía. Corrí siguiendo ese sonido. Mala idea. Inesperadamente advertí una manada de centauros ¿huyendo? Sí y con razón, los perseguía un…un gigante. En los terrenos de Hogwarts no hay gigantes. El susodicho daba tumbos a ciegas. Me tire al suelo refugiándome bajo una raíz. El corazón parecía que iba a salirme por la boca. Yo no quiero morir aplastada. No quiero morir. Ese era el único pensamiento que pasaba por mi mente. Salí de mi escondite cuando vi que estaban lejos y el ruido del galope se hiso débil. Ahora también tengo el pelo lleno de tierra. Estoy sucia, que asco, que asco. Concéntrate, me dije a mi misma intentando ignorar mi aspecto. Dirigí mi mirada al lugar de procedencia de esa estampida y  al igual que ellos, galope en esa dirección. Mi paso era relativamente más lento a consecuencia de la fatiga y el marea que ahora la acompañaba. Tuve que hacer un par de paradas para coger aire. Vi que a unos 10 metros de mi estaban todos, todos menos Umbridge, que más me da. Me acerque despacio a ellos. He de decir que tenían un comportamiento extraño, más extraño que de costumbre quiero decir. Harry estaba… y Lunática… flotando. No, solo había una explicación: thestral. Se iban a ir a al Ministerio en serio?

-Harry!- lo llame dejándome ver. Me miraron con asombro y preocupación. Potter y Granger tienen el mismo aspecto zarrapastroso que yo. Harry me miro confuso.