Cap 32

866 58 0
                                    

Aun no podía creer lo que había oído. No podía creer lo agobiado que lo decía, daba la sensación de que llevaba guardándoselo mucho tiempo, y por fin explotara. Está preocupado por mí, como es eso posible;  más desconcertante aun, por que ha dicho eso? A ver, ya sé porque lo ha dicho. Otra cosa que no podía creer, Draco Malfoy acaba de insinuar que siente aprecio por mí, el chico que me ha hecho la vida imposible siente estima por mí y le afectaría gravemente mi muerte. Alguna vez, en ocasiones, por mi mente pasó esa descabellada idea, se mostraba preocupado  a veces y los celos que mostraba por Salazar, pero no. Esas ideas eran desechadas tan rápido como aparecían, era antinatural que un sangre pura, un Malfoy, pudiera sentir algo así por mí. Sin embargo así era, lo acababa de confesar y mi respiración se cortó por un segundo y juraría que mi corazón se había saltado un latido. Pasaron unos segundos y me di cuenta de que ni siquiera he pestañado.

 Con la cabeza atolondrada mire a lo lejos, a Snape y a Harry y recordé el objetivo por el que había bajado a los jardines. Draco ya no me impedía el paso y me impulsé para correr hasta “mi padre”, mas no avancé ni un metro, el joven mortifago agarró mi brazo y me colocó delante de él.

-No has oído lo que he dicho?- preguntó. Lo mire con cólera e ira, no quería hablar de lo que había articulado hace apenas unos minutos pero exploté

-Sobre qué? Oh, que si me pasaba algo te volverías loco. Déjame pensar-  me rasqué, irónica,  la cabeza – Si, recién llegados a la Sala Común de Slytherin, gritaste “una sangre sucia se ha colado”. Nada de lo que oí esa noche debió haber sido oído por una niña de 11 años. Pero no fue nada comparado con lo de la mañana siguiente, tú y a saber quién más me dejasteis encerrada en mi habitación TODO EL DIA. Te preocupó acaso si podía pasarme algo- le grité

- Eso estuvo mal. Eso fue terrible, yo era un mocoso, para mí y para todos, tu presencia era una ofensa. Fui un idiota- explicó taciturno

-En segundo llenasteis mi cama de sangre y me disteis un susto tan grande que acabé en la enfermería por un ataque de ansiedad-lo empujé con fuerza-  Sabíais lo temerosa que estaba por la Cámara de los Secretos – dije con voz ronca

-Eso fue…-

- En tercero me tiraste de mi escoba y el brazo se me rompió por tres sitios. En cuarto te burlaste de mí por no tener con quien ir al baile. El año pasado casi me ahogas y por tu culpa perdí un examen. Quieres que siga?!- las palabras salían de mi  boca como ponzoña

-Hice todo eso. Menos lo de la escoba, eso fue un accidente, jamás haría algo que pusiera en peligro tu vida. Y no perdiste un examen, te llevé a la enfermería por miedo a que estuvieras otra sema en…coma yo que sé. Por cierto la nota sin firma, era mía-

-Oh, ya me dejas más tranquila o sea que tu enamoramiento viene desde cuándo. Porque si es desde antes de este año no debes tener claro el concepto de…-

- Segundo curso. Llevo queriéndote desde segundo curso. Para mí era muy difícil, me odiaba a mí mismo por sentir algo por alguien como tú, así que te hacía daño. Te hacía daño para que te fueras y dejar de quererte, y dejar de lastimarte. Era un círculo vicioso. Lo que te hice, manchar tu cama con sangre, era para que te fueras  antes de que el monstruo te matara. Me burlaba de ti para poder odiarte, para dejar de quererte. -

-Crees que por decirme eso, caeré rendida a tus brazos. Crees que por el hecho de confesarme que me quieras dejaré de odiarte-

-La del baño, la chica de la voz bonita, eras tú.- lo miré confusa- Tu champú, huele a jazmín. Fue lo único que podía oler en la Amortentia de Slughorn en la primera clase de pociones- se había ido acercando demasiado y lo aparté

ser unica no es ser especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora