ser unica no es ser especial

Cap 38

Quiero dedicar este capitulo a anardillina. Espero que te guste.

Los días siguientes a navidad fueron extraños. No paraba de preguntarme porque demonios había visto a Harry, y lo que más me inquietaba era... Como pudo el verme también? Además, como puedo saber si lo que vi, si la serpiente, una vieja muerta y Potter eran reales y no una alucinación. Snape no fue capaz de darme una respuesta concreta, a pesar de que me dio la ligera impresión de que sabía algo, de que me ocultaba algo. Al diablo! Una de tantas cosas que me escondió desde los once años; pero esta vez es distinto, podría tener el detalle de darme una explicación lógica, por muy teórica o hipotética que fuera para no volverme loca. Muy a mi pesar, me obligaba a ir a su despacho todas las tardes de las vacaciones de invierno para enseñarme Oclumancia, no es que fueran muy difíciles pero tenerlo cerca me pone bastante nerviosa, me hace sentir vulnerable y desprotegida; me da incluso la sensación de que lucho contra mí misma sobre mi comportamiento al estar con él. Es un dilema existencial, el cual no entiendo, y eso me molesta.

Las navidades habían pasado y aunque no tenía pesadillas, gracias a las pociones para no soñar, me levantaba cansada y estaba como adormecida todo el día. Pero he ganado un poco de peso, supongo que eso es bueno, sin embargo a madame Pomfrey no parece tranquilizarle, dice que tengo que coger color , dejar de sentirme cansada y de estar fría como la de un lagarto. Por mucho que me esforzara por ver un cambio a mejor, la enfermera no parecía estar satisfecha. No para de insistir en que lo mejor para mi seria trasladarme a San Mungo, a lo que yo le contestaba con negativas, y en alguna ocasión con un tono nada apropiado para emplear con alguien que tiene in rango equivalente al de profesor.

El ambiente en Hogwarts no ha cambiado. El día en que los alumnos volvieron de sus vacaciones, el número se había reducido considerablemente. Faltaban algunos incluso de Slytherin, 5 o 6 chicos de primer año; las gemelas Sabinci, hermanas de Salazar, tampoco habían vuelto, algo que me sorprendió bastante ya que su padre es íntimo de El Señor Tenebroso, sus hermanos mayores son mortifagos trabajadores del Ministerio. Si la situación es tan delicada como para que hasta los familiares de los magos oscuros se resguarden en sus casas o se vayan del país, tal vez deba plantearme el volver con mi madre. No, no eso no, solo unos meses más, tengo que aguantar unos meses más. No paraba de repetírmelo, debía aguantar, pero no era nada fácil, incluso para mí.

Después de la cena, tenía que ir al despacho del director a entregarle el informe de incidencias que Amycus Carrow me había dado, ese hombre cree que soy su chacha. Un par de pergaminos, ni siquiera los miré pero intuí que eran antiguas faltas de disciplina, debido a la cantidad, o los alumnos a los que habían otorgado castigos ejemplares durante este primer período de curso. Cuando llegué al pasillo de la oficina me encontré con un inmóvil Anthony Golbstein, con la vista fija en la estatua del fénix, abrazado un pergamino .No tenía su porte elegante, inmaculado e irreprochable, si no que parecía un fantasma con la túnica arrugada y con manchas casi invisibles de polvo. Me paré a su lado y lo miré ceñuda, luego a la escultura y luego a él.

-Se te ha olvidado la contraseña o ha pasado algo?- dio un bote, ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia . Me miró con los ojos abiertos como platos

-No ha empezado bien- dijo tembloroso. No lo entendí del todo, eso no era una respuesta a lo que acababa de preguntarle. Tenía la frente llena de sudor

-Qué?- pregunté arrugando las cejas. Desvió la mirada cabizbajo y respiro fondo

-Perdona. Los de Ravenclaw, mucho nos han vuelto y con lo que ha pasado el en tren- arrugué aún más las cejas y torcí la boca- , y ahora en los pasillos y Neville llamando me vendido- parloteaba sin parar sobre su mala suerte. No oía lo que decía seguía concentrada en lo que había dicho del tren