𝙥𝙨𝙮𝙘𝙝𝙤𝙥𝙖𝙩𝙝 ━━ Yeonjun.

Capítulo 17.

—¿A dónde vas Jisung?— Preguntó Jimin al ver a su hermano tomar un abrigo.

—A buscar a mi novia, no he sabido nada de ella y lo que te dijo Namjoon no me dejó muy tranquilo. — Salió sin agregar algo más.

Caminó por las calles nevadas de Seúl en busca de su chica.

La preocupación comía por dentro a Jisung.

Fué hasta la cafetería en donde ella trabajaba, preguntó por ella a las chicas de ahí y ninguna la había visto desde ante ayer.

Frustrado, caminó hacia la casa de Yang Mi.

—Hola Yang Mi... — Sonrió forzado.

—Jisung, que sorpresa...

—Yo... Vine a preguntar si has visto a ____________, Nam dijo que escapó de casa y no regresó.

—Yo... La última vez que la miré fue cuando la llevé a casa anoche, me aseguré de que entrara.

—Ya veo... Bien, gracias de todas maneras.

Por suerte la casa de Suni quedaba cerca.

—¿Jisung? ¿qué haces aquí?

—Vine a ver si has sabido nada de _____________.

—No desde anoche que fuimos a una fiesta.

—¿Segura?

—Sí... Pero quieres le pregunto a Hye y a Hee-Sook, también estoy bastante preocupada.

—Me harías un gran favor.

—Pasa. — Se hizo a un lado y Jisung entró.

Se sentó en la sala a esperar, pasaron varios minutos hasta que Hye regresó otra vez.

—Igual que yo, no la han visto desde ayer.

—De acuerdo... Iré con Namjoon, tal vez ya regresó y nosotros ni en cuenta.

—Buena suerte.

Salió del lugar y corrió hacia la casa de su novia.

Al llegar tocó la puerta, no obtuvo respuesta y volvió a hacerlo.

Esperó alrededor de cinco minutos pero nadie le abría, recordó que _____________ le había dicho que guardaban una llave de emergencia entre las macetas, así que se dispuso a buscarla.

Cuando la encontró, abrió con delicadeza la puerta.

—¿Hola...? ¿____________? ¿Namjoon?

Silencio.

Nadie respondió.

Revisó la sala, pero no habían rastros de nadie, entró a la cocina y miró un desorden con los cuchillos. Su piel se puso de gallina al imaginarse lo peor.

Sus ojos se abrieron de par en par al ver un charco seco de sangre en el suelo.

Salió de la cocina con intenciones de ir a la comisaría.

Pero fué detenido por unos brazos y tirado al suelo.

—Alto ahí, rata escurridiza. No dejaré que abras tu boca y arruines mi plan.

Se levantó enseguida para mirar a quien le había tirado.

—¡Tú! ¡sabía que te traías algo entre manos!— Le apuntó furioso.

—Bravo, me atrapaste.

—Esa voz... Tu cabello... — Murmuró — ¡tú me atacaste aquella noche!