YeonJun no era normal.
Oh, claro que no.
Su pasatiempo era vigilar y fotografiarla a ella.
A su amor.
¿Cómo de la admiración se puede llegar a la obsesión?
⚠
Su vida era un tanto aburrida, disfrutaba de salir de fiesta y estar con sus amigas.
Va...
Ambos se quedaron en silencio, no podían articular palabra alguna.
Un suspiro pesado se escuchó por parte del mayor.
—Ven aquí SooBin, necesito hablar contigo.
El de cabellos cafés se alejó lentamente de la chica y salió de la habitación.
—Después hablaré contigo. — Sin nada más que decir azotó la puerta dejándola sola de nuevo.
Volvió a acostarse en ese colchón viejo, miró su tobillo, estaba casi negro, vaya que había sido algo bastante severo, tocó un poco la zona y soltó un gemido de dolor por lo bajo.
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—¿Qué estaban haciendo?— Se cruzó de brazos.
—N-nada... E-ella... Me susurró algo...
—¿Qué te susurró?
—P-pues... No puedo decirte, es un secreto...
YeonJun suspiró y alzó una ceja.
—¿Acaso están planeando algo en mi contra?
SooBin se alarmó.
—¡N-no, no, no, no! ¡por supuesto que no!
—Más les vale, no quieren verme realmente enojado. — Pasó su mano por el rostro de SooBin — Y no quieren que les dé la paliza de su vida a cada uno, ¿no es así?
SooBin se mantuvo en silencio.
Sintió como tomaron su cabello y lo jalaban.
—¿No es así?— Preguntó molesto.
—No, no quiero... —Murmuró.
—Bien dicho... — Besó sus labios suavemente.
Pobre SooBin, no sabía en lo que se estaba metiendo sólo porque YeonJun no los dejara solo.
—Me di cuenta de que le diste de comer, ¿qué acaso no quedó claro que estaba castigada y no comería durante cuatro días?
—B-bueno... Yo no sabía... — Mintió.
—Claro que sabías, SooBin.
—C-creo que no es justo que además de que le prive su libertad la deje sin comer...
—¿Qué dijiste...?
—Y tal vez pase frío, podría aunque sea llevarle una manta... — Le interrumpió un golpe en la pared.
—Mereces un castigo.
—¿Qué? No, YeonJun, otra vez no, por favor...
—Ven aquí.
—No, por favor, no era cierto lo que dije, perdóname.
El mayor hizo caso omiso a SooBin y lo tomó de la muñeca para llevarlo casi a rastras a una habitación.
