YeonJun no era normal.
Oh, claro que no.
Su pasatiempo era vigilar y fotografiarla a ella.
A su amor.
¿Cómo de la admiración se puede llegar a la obsesión?
⚠
Su vida era un tanto aburrida, disfrutaba de salir de fiesta y estar con sus amigas.
Va...
—¿Seguro que quieres que me quede con tu hermanita?— preguntó Yon haciendo un puchero.
—Sí, por favor, debo ir rápido a la empresa, y no me gusta que se quede sola... — hizo una mueca.
—Está bien Joonie, lo haré por ti. — besó la comisura de sus labios.
—Bien, la cuidas mucho. — salió casi corriendo de la casa.
Cuando Yon se aseguró de que Namjoon ya no estaba cerca, se dirigió a la planta superior y entró a la habitación de la menor.
—Oye zorra. — abrió la puerta de golpe.
_____________ la miró por unos segundos, para después volver a centrar su atención en su cuaderno.
—¿Aparte de perra eres sorda? ¡te estoy hablando!— le lanzó lo primero que vió, en este caso fué una figura de un videojuego.
—¡Oye!— frunció el ceño.
—Hazme caso cuando te hablo, estúpida. — se cruzó de brazos.
—¿Qué quieres?— preguntó de mala gana.
—Se acabaron los choco pies, ve por más.
—Si piensas que dejaré de estudiar para mi examen final, para ir a comprar mierda que a ti te gusta, estás muy equivocada. — rodó los ojos para seguir escribiendo en su cuaderno.
Yon temblaba de furia.
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Y ahí estaba ____________, yendo a comprar los dichosos choco pies para la novia de su hermano.
Tenía varios pellizcos y golpes en los brazos y algunas partes de su torso.
Yon sí que se había esmerado en lastimarla para que saliera a comprara sus estúpidos dulces.
En su rostro, había rastros de lágrimas, pues durante todo el camino había estado llorando.
Volvió al cabo de unos minutos a casa y entró a la cocina, encontrándose con Yon sentada en la mesa mirando su celular.
—Aquí están tus putos choco pies. — lanzó la bolsa a la mesa.
La de cabellos negros dejó el celular en la mesa y caminó enfurecida hacia la menor.
Tomó su cabello entre sus manos y jaló de este.
—¡Ah! ¡suéltame!— gimió de dolor.
—Asquerosa boca sucia, ¡no sabes que las cosas no le lanzan!
______________ sentía como si le fuera a arrancar el cabello de tan fuerte que lo jalaba.
—¡Suéltame!— trataba de aruñar a la mayor pero ella la hizo caer al suelo.
—¡No tienes modales! ¡no entiendo cómo puedes ser la hermana de Nam!— pateó a la chica en el suelo.
Ella sólo podía cubrirse de los golpes que le profanaba Yon.
