YeonJun no era normal.
Oh, claro que no.
Su pasatiempo era vigilar y fotografiarla a ella.
A su amor.
¿Cómo de la admiración se puede llegar a la obsesión?
⚠
Su vida era un tanto aburrida, disfrutaba de salir de fiesta y estar con sus amigas.
Va...
La chica abrió los ojos lentamente, su ojo derecho le dolía demasiado y casi todo su rostro igual.
Intentó levantarse pero lo fué imposible, un terrible dolor en su estómago la obligó a que volviera a recostarse.
—Por fin despertaste... — Una linda y suave voz hizo que mirara a su costado.
—S-sooBin... — Susurró mientras trataba de reincorporarse.
—Tranquila, no intentes levantarte... Estoy aquí. — Acarició su cabeza sonriendo levemente.
—Yo...
—Shh... No digas nada... — Ambos quedaron en silencio— Lo siento... — Sollozó— Lo siento mucho... — Las lágrimas salían sin parar de sus ojitos irritados.
—No fué tu culpa SooBin... Está bien... — Lo entendía a la perfección, YeonJun inspiraba terror con solo verlo.
—Lo fué... D-debí de haber hecho algo... Si lo hubiera detenido... No estarías así...
—No llores... Las marcas se borrarán con el tiempo... El dolor es solo temporal... Deja de llorar, tranquilo. — Tomó la mano del chico y la apretó tratando de calmarle.
Él asintió y secó su lágrimas con la manga de su suéter.
—Yo... — Sorbió con su nariz— Te curé las heridas mientras dormías... Te partió el labio, te hizo un hematoma en la mejilla y te dejó el ojo derecho morado... — Murmuró.
—M-mi estómago... D-duele mucho...
—V-voy a revisarlo. — Avisó y ella asintió.
Alzó la blusa de ____________ lentamente y abrió los ojos de golpe.
Había unos hematomas en todo su torso.
—Te golpeó demasiado... Tienes el estómago lleno de moretones... — Eso hacía sentir peor al pobre chico.
Podía morir en cualquier porque se le infectara una de las tantas heridas.
«¿Por qué todas estas desgracias me suceden a mí...? Pensó ella.
SooBin se recostó con ella y la abrazó con cuidado de no lastimarla, la estaba tratando como una muñeca de porcelana, que en cualquier momento se rompería...
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—Toma. — YeonJun le lanzó una hogaza de pan al pobre chico en su sótano.
Él enseguida la tomó en sus manos y la mordió.
—Vaya que pareces un animal. — Rió ante la miseria del pobre.
El chico tenía tantas ganas de que le sucediera algo malo a su secuestrador, tenía días ahí, sin luz ni algo en donde hacer sus necesidades, YeonJun le decía que las hiciera en una esquina.
