YeonJun no era normal.
Oh, claro que no.
Su pasatiempo era vigilar y fotografiarla a ella.
A su amor.
¿Cómo de la admiración se puede llegar a la obsesión?
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Su vida era un tanto aburrida, disfrutaba de salir de fiesta y estar con sus amigas.
Va...
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Su cabeza cayó levemente de encima de su mano, donde tenía recargada su barbilla. Sus ojos se estaban cerrando levemente con el constante sonido de fondo de la voz de su profesor dictando datos sobre su materia.
A ella le parecía simplemente lo más monótono del mundo escucharle hablar de historia durante casi más de una hora, algo que le hartaba, puesto que a veces se pasaba del tiempo y les quitaba de su descanso.
Sus párpados se abrieron, formando una expresión de felicidad en su máximo esplendor al escuchar a su maestro dar ese tan distintivo aplauso que anunciaba el final de la clase.
─No olviden la tarea de la página 106, niños, es para mañana. ─antes de que pudiera reclamar de nuevo, el aula estaba prácticamente vacía.
Los únicos alumnos que quedaban eran nuestra protagonista, sus amigas y un par de chicos que siempre estaba detrás de estas.
─Oye, ¿vienes por un café con nosotras? Más tarde, en donde siempre. ─Hye llamó a la castaña, haciendo que la viera por un par de segundos mientras recargaba su mochila en su hombro.
─Claro, ¿por qué no? De todas maneras no tengo mucho que hacer. ─caminó detrás de sus compañeras─. A excepción de la tarea, pero esa la hago en la noche, ya saben.
─Como siempre, todo a último minuto, niña. ─dijo entre risas Suni─. Deberías de ser como Yang Mi, ella siempre lo hace el mismo día que lo dejan, así podrías pasar menos tiempo estresada porque se te acomula todo.
─¡O podrías pasar tiempo a mi lado! ─todas rodaron los ojos al escuchar a ese muchacho que tanto odiaban.
Simplemente apresuraron su paso, tratando de dejarlo atrás y si tenían suerte, perderlo entre los pasillos.
─¡Sigue soñando!
Todas rieron ante el comentario de Kan.
Les resultaba molesto pero a la vez gracioso que fuera un tipo tan intenso con la joven, siendo que ella siempre contestaba de manera despectiva o simplemente lo humillaba con pocas palabras.
─Tiene razón, hermano. Tendrás que seguir soñando porque ella ni remotamente querrá salir contigo.
Claro estaba que no iba a aceptar, estaba muy concentrada en sus estudios y pasarla bien con su grupito como para planear tener alguna relación, mucho menos con él.
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