Día Cero: Treinta días para recuperarte.

653 74 21
                                    

—Renunciaste a tu trabajo.

—Lo sé.

—Tu departamento está hecha una mierda.

—Lo sé.

—Hueles a alcohol y cigarros.

—De los caros.

—Tu cuenta estaría en quiebra si no fuera por tus acciones en la empresa de tu padre.

—Lo sé.

—Ya pasaron seis meses y sigues igual.

—Lo sé.

— ¿No has pensado ir a un psicólogo?

—No estoy loca.

—Estas mal, Eunbi. No paras de beber, no sales de tu departamento ni para comprar pan, estás muy delgada, no comes, faltaste a mi cumpleaños y tan solo falta un mes para Navidad y Año nuevo y piensas quedarte a seguir llorando por un amor pasado. Eunbi, estas muy mal.

—Yo la amaba, Sojung. La sigo amando.

—Tienes que entender que te dejo.

— ¡Por una maldita perra! —Eunbi tiro la botella que tenía en la mano hacia algún lado del apartamento ocasionando que este se rompiera. — ¡Perras como ella las encuentro en cualquier esquina!

—Tienes que salir y superarla, Eunbi.

—No quiero.

—Debes hacerlo, Eunha esta abajo esperándonos en mi coche.

—Vete con tu mujer y déjame en paz con mi sufrimiento.

Sojung se acercó para levantarla obteniendo golpes y patadas. Realmente esta no era la gran Hwang Eunbi, accionista y gran empresaria, que algún día conoció.

—Necesitas una ducha.

—La necesito a ella. —Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. — ¡Yerin! ¡¿Por qué me dejaste?!

— ¿Tanto se demoran? Wow. —Eunha al esperar tanto tiempo en el estacionamiento, decidió subir a ver a su mejor amiga. —Eunbi, estas muy mal.

—No sé qué hacer con ella, amor. —Sojung se dirigió a Eunha, esta se sentía muy mal por las condiciones en las que estaba su amiga.

— ¿Eso es una pizza? —Eunha señaló una rebanada tonada de color verde pegada a la pared.

—Sí, a Yerin le encantaba la pizza. Pedí una esperando a que llegara, pero nunca llegó. —Sinb seguía llorando.

—Sojung, tenemos que limpiar este basurero.

— ¿Eh? Soy empresaria, no servicio al cuarto.

Eunha pensó en la solución a todo esto, no llegaba a nada, hasta qué... —Sinb, vendrás a vivir un tiempo con nosotras. Mandaré personas a que vengan a fumigar y limpiar este lugar.

—No quiero, si me voy y Yerin regresa no podré verla.

— ¡Eunbi recapacita! —Gritó Sojung.

Eunha suspiro cansada.

—Llamaré a Yerin diciéndole que vivirás conmigo, así sabrá donde encontrarte.

— ¿Qué estás haciendo? —Sojung intervino mirando a su novia.

—Solo sígueme la corriente.

—Le estas mintiendo, se sentirá muy mal.

— ¿Mas mal que ahora? Mira este lugar, ella necesita salir.

Treinta días para recuperarte | SinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora