Se sintió solo.
Aquella mañana se sintió solo, al ver como el estaba enredado en las sábanas, con una almohada a su lado. Un recuerdo paso rápidamente por su caneza. Un Jeon Jungkook, con un cabello desaliñado, notorias ojeras oscuras, con olor a tabaco y alcohol, y peor que todo. Olor a sexo.
Tragó duro, y suspiró sintiéndose culpable nuevamente, pero aquellos recuerdos eran heridas todavía abiertas, que necesitaban cerrarse. En la silla al lado de la cama matrimonial en la que el estaba recostado, vio aquella negra polera con estampado de la banda de rock y sonrió.
Se levantó un momento para tomarla, y luego volver a la misma posición inicial, llevo la prenda a sus fosas nasales, y aquel embriagante y dulce aroma, paso por su mente y organismo, sintiéndose en paz. E inmediatamente, venian las imágenes de la bella rubia, con aquella polera. Deseando que debajo de ella, estuviera con un conjunto, o sin nada abajo.
Se mordió su labio inferior, y sonrió con cierta picardía, necesitaba definitivamente a su chica australiana, pero debería ser paciente, ya que ella estaba en un delicado estado debido al parto.
Su celular sonó, y perezosamente lo tomo para contestar, soltando un ronco “diga” y empezó na escuchar atentamente mente a lo que la voz de la fémina le comunicaba. Hasta que sintió una punzada en el pecho, su piel se erizo, y empezó a tener espasmo por el próximo llanto.
—Lo lamento señor Jeon... Tiene que venir al hospital...
—Enseguida voy.— soltó con frustración para dejar el celular en mano, y apretar las sábanas con dolor y enfado, sus ojos se cristalizaron, y empezó a llorar en silencio, procurando no despertar a sus amigos del sueño.
¿Por qué ellos? ¿Qué habían hecho mal? Esa pregunta rondaba la cabeza del castaño, mientras que sus ojos brotaban lágrimas sin control. Soltó un hipido y rompio en llanto.
Nunca había sentido un hoyo en su corazón tan profundo en su pecho, nunca se había sentido tal mal, desde el día en que se llevaron a la rubia, y la muerte de su difunto padre. Se levantó rápidamente, buscando cualquier prenda de ropa, le importaba una mierda como se vería.
Después de asearse, agarró sus llaves y de un portazo salió de su hogar. Al estar en el primer piso, se subió a su automóvil, y arrancó, aún con sus ojos rojos y cristalinos.
—Seguro que fuiste tú, malnacida.— soltó bastante enojado, apretando el volante con sus fuertes manos, y el ceño fruncido. Se estacionó al frente del hospital, y ha zancadas salió del auto para ingresar al hospital, y dirigir su mirada en el doctor pelirosa.
Este conecto su mirada con el castaño, e inmediatamente sintió la pena y la rabia en sus ojos, este se acercó amenazantemente hacia él, lo estampó en la pared y el pobre chico tragó duro.
—¿¡Como no pudieron hacer nada?! ¿¡Y su seguridad?!
—S-Señor Jeon... Tranquili–
—¡No me pidas que este tranquilo! ¡Se llevaron a mi hijo! Y ustedes...— el rostro de Jungkook se acercó al del pelirosa, y soltó una rota sonrisa.— no pudieron hacer nada....
Soltó al pelirosa, y retrocedió para chocar con la pared, y nuevamente sus ojos se cristalizaron para que algunas lágrimas rebeldes recorrieran sus mejillas.
—La policía viene en camino...— eso fue lo único que dijo el mayor, para suspirar y ver al castaño demacrado.
—¿Ella lo sabe?
—No... Esta descansando...— respondió el doctor, para ver cómo a pasos lentos iba hacia la habitación de la rubia. Temía de la reacción de la menor.
Los soñolientos ojos miraron la habitación, y dando un bostezo, se estiró para luego dejar caer su espalda en la camilla. Su sonrisa apareció al recordar que muy pronto le traerían a su pequeño bebé, para así poderlo abrazar, mimar y alimentar.
La puerta fue abierta, y para la sorpresa de la rubia, era su lindo conejito, y sonrió.
—Que alegría verte cariño.— habló dulcemente Rosé, mientras miraba la esbelta espalda del chico, mientras esté al cerrar la puerta, dejó su frente apoyada en la puerta.
Jeon miró a la chica, y este lentamente fue borrando su sonrisa.
—Jungkookie, ¿Sucedió algo?— preguntó la menor.— sea lo que sea, Soobinie vendrá a alegrarte...
Jungkook se acercó a la rubia y se sentó a su lado, mientras que aún las lágrimas salían de sus castaños ojos.
—¿P-Prometes ser fuerte, m-mi amor?— pregunté entrecortadamente el mayor, y la extranjera con temor asintió.— A S-Soobin no lo traerán...
—¿Por qué? ¿Le sucedió algo a nuestro bebé?— preguntó rápidamente Park, y el castaño negó.
—L-Lo...
—¿¡Lo qué Jungkook?!
—L-Lo secuestraron...— la rubia lo miró atónita y empezó a negar con su cabeza, mientras empezaba a desesperarse, y sus ojos se cristalizaron.
—¿¡Fue la maldita de Yeri?! ¿¡Como pudo hacer eso?! ¡La voy a matar!— Roseanne empezó a respirar entrecortadamente mientras lloraba, y el castaño intentaba calmarla. De un rápido movimiento, abrazo a la menor, y este se movía frenéticamente, golpeando el pecho del mayor.
Los movimientos cesaron, y lo único que se escuchaban era el llanto de la rubia contra el fornido pecho de Jungkook, mientras esté acariciaba la espalda de Rosé, por encima de la bata del hospital.
—T-Todo es mi c-culpa...
El castaño bajo su mirada, encontrándose con los ojos vacíos de su pequeña.
—Nada es tu culpa mi amor, la única culpable es Yeri.— hablo en voz baja Jeon.
—Si no hubiera aparecido en tu vida, t-todo hubiera sido diferente.— algo dentro del castaño se rompió, ¿Ella se arrepentía de haberlo conocido? ¿Se arrepentía de todos los momentos que pasaron juntos?
—¿ Quieres decir que te arrepientes de haberme conocido?— preguntó secamente el mayor.
—Claro q-qué no... No me arrepiento de conocer a-a un bello hombre como tú...
—¿Entonces?
—S-Si solo a ella, no l-le gustaras sería diferente...— dijo Rosé para acariciar la mejilla de Jungkook.
—Haré lo que esté en mi alcance, para qué atrapen a Yeri.— habló el castaño para acercarse al rostro de la menor, y dejar un casto beso en los labios de la chica.
Ambos juntos, con sus corazones totalmente rotos, suplicando que su pequeño bebé estuviese bien...
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City Lights ²┊Rosekook
Fanfic「 Segunda temporada de City Lights 」 ♢ Desde que Kang se llevó a Rosé, la vida de Jeon cambio rotundamente. Malas decisiones y malas influencias lo acompañan, decepcionando a su dos amigos. ♢ Mientras la ya ahora, chica de 20 años. Luchaba por ocult...