City Lights ²┊Rosekook

026. ·˚ ༘ ༉‧

Después de aquel disparo, volvió a ver a la canasta que estaba a unos metros de ella.

Ella dió un paso, y nuevamente la contraria la apunto.

—Quedate ahí zorra asquerosa.— soltó con odio la pelirosa mientras en su mano, mantenía el arma cargada, apuntando a la rubia.

—Y-Yeri... Recapacita por favor.— habló temblorosa la rubia.— d-dame a mi bebé....

—¿Me pides que recapacite? Tu no me vengas a hablar de recapacitar mientras tú eres una prostituta de mierda.

¿Cómo había llegado Rosé ahí? La rubia, mientras caminaba por el bosque, se encontró una linda cabaña, se acercó a ella, y de curiosidad vio que la puerta de madera, estaba abierta, entro silenciosamente, encontrando cosas de bebé, algo que le dió una punzada en el pecho, en ese instante vio a la pelirosa, con una gran canasta.

La contraria corrió fuera de la cabaña, seguida de la rubia, hasta dónde estaban actualmente, al lado de una quebrada.

—Q-Quiero a mi bebé...— hablo Roseanne mientras algunas lágrimas se le escapaban de sus ojos.

—Primero muerta antes de que te entregué a tu mocoso, está en mi venganza.— dijo Yeri.

La rubia la miro extraña, mientras aún lloraba en silencio.

—Maldigo el día en el que apareciste en la empresa, te maldigo Rosé, eres una cualquiera que me quito a mi Jungkookie.— los ojos de la pelirosa se cristalizaron y poco a poco, salieron las tibias lágrimas de sus cuencas.

—¿T-todo es por Jungkook?— pregunto la nombrada para seguir mirando de reojo la canasta que estaba al lado de la contraria, y al lado del pequeño agujero que había provocado la bala.

Agrientandose lentamente.

—Tiraste por la basura mis planes con él, y-yo hice todo para que el me tomará en cuenta, pero llegaste tu, ¡Y lo arruinaste!— grito la ex secretaria del castaño.— y ahí fue donde tú misma declaraste la guerra maldita perra.

—¡Tu no puedes hacer que una persona te ame!— habló un poco alto la rubia.— yo al principio no sentía nada por Kook, pero con el tiempo, sus acciones, sus cumplidos, hicieron que cayera lentamente enamorada de él.

—¡Tu lo que quieres es su dinero! ¡No lo amas!— volvió a gritar la pelirosa con el arma en la mano.— eres una prostituta, que follabas siempre a Jeon en la oficina...

—¿Cómo...

—¿Cómo lo sé?— pregunto Kim para empezar a reírse.— yo puse cámaras en la oficina de Jungkookie, y siempre veía como entraba y salía de ti.

La australiana se sonrojo, y se mordió el labio, se habían metido con la privacidad de ambos.

—Y quizás de todas esas folladas, salió el bastardo que está aquí en la canasta.— soltó Yeri con su sinica sonrisa, mientras ahora apuntaba hacia donde había mencionado.— hasta el me da asco.

—¡No le hagas nada!— grito Rosé mientras volvía a llorar.— ¡Devuelvemelo!

—¡NO, HASTA QUE APRENDAS A VIVIR SIN LA PERSONA QUE AMAS!— ¡así como tu que me quitaste a Jungkookie, ahora yo te quitaré a tu hijo!

La rubia, estaba dispuesta a acercarse, hasta que escucha unas voces, que cada vez de escuchaban más fuerte, a medida que se acercaban, Yeri frunció el celo, y siguió apuntando a la extranjera.

Los ojos miel de la rubia, se voltearon, y observaron al chico agitado que había llegado, el contrario la miró, y luego a la pelirosa que estaba a unos pasos de la quebrada.

—Bienvenido Jungkookie...

—¡Cállate!— habló fuertemente el apodado.— mejor entrégame a Soobin, antes de que llegue toda la policía.

La contraria, sin una pizca de miedo, con su pie, empezó a empujar la canasta hacía la orilla, algo que la rubia se empezó a preocupar, y nuevamente empezó a llorar mientras gritaba.

—¡Yeri basta!

—¡Cállate! ¡Esto te lo búscate tú misma, no entiendo cómo mierda volviste, si Kang me prometió que te mantendría lejos de Corea.

La rubia, se le queda mirando, y algo se instaló en el pecho, todo había sido por culpa de ella y Kang, ellos planearon separarlos de ella y Jeon.

—¿Sabes por qué estoy aquí? ¡Porqué yo misma mate a Kang!— mintió la rubia, no quería que su amiga Aisha, en el futuro tuviera problemas por ese asunto. Jungkook la miró, pero está seguía con la mirada en la pelirosa.

—Aparte de ser una prostituta, eres una asesina, eres una maldita loca.— dijo dando una fuerte pisada en la tierra, y sonreír.— así menos voy a dejar que Soobin vuelva con ustedes.

—Rindete Yeri, y dame a Soobin.— habló duramente el castaño, mientras comenzaba a dar lentos pasos, la pelirosa, apunto con su arma.

—¡Alejate con disparó!— gritó la pelirosa, al ver cómo el contrario no hizo caso a la orden que había dictado, disparó, llegándole la bala en el brazo, la menor rápidamente se acerca al castaño.

Aquella pequeña grieta, empezó a agrandarse.

Kim volvió a apuntar a la rubia, y está lo miró con una sonrisa, y empezar a mover su pie, impactandolo en el piso.

—¿Ves querida Rosé? Todo esto es por aparecerte en la vida de Jeon, por conocerme, por embarazarte de él, y dar a luz a un bastardo, ahora.... Te toca morir.

Yeri volvió a cargar su arma, pero un fuerte ruido, la hizo asustarse, sintió el piso temblar, y su mente se nublo por el miedo, de la nada salió mucho polvo, haciendo que la rubia y el castaño cerrarán los ojos.

Mientras que sentían como se desprendía un pedazo de tierra, y los gritos desgarradores femeninos.

El polvo desaparecido, Rosé abrió sus ojos, y comenzó a desesperarse. No veía a Yeri, y tampoco el canasto en dónde estaba su hijo, se acercó a la orilla, y comenzó a llorar fuertemente cuando los policías llegaron al lugar en dónde estaban Jeon y Park.

La garganta de la rubia ardía, y su vista estaba totalmente nublada, su pecho dolía, y de tanto llorar, vómito lo poco que había comido los últimos días. Jungkook se mantenía en silencio mientras estaba en un estado de shock.

La menor se empezó a sentir mareada, hasta que todo se le vino a negro, los oficiales se acercaron al inmóvil cuerpo de la rubia, y Oh, la tomo en brazos, mientras miraba como su amigo era asistido por uno de sus compañeros.

El pelinegro, comenzó a atravesar el bosque, hasta llegar a una patrulla, abrió con algo de dificultad la puerta, y dejo a la desmayada rubia, recostada en el asiento de atrás.

Junto a una silla de bebé, en dónde Soobin miraba con sus grandes ojitos a la rubia acostada a su lado.

FIN