Capítulo 5

623 59 76
                                    

-Perdona- dijo X -Creo que no escuché bien ¿Yo hice qué?- preguntó incrédulo.

-No me hagas repetirlo, X- dijo Zero claramente estresado. X no dijo nada, simplemente se recostó contra la pared -Estabas borracho...-

***

-¿Qué...?- fue lo único que Signas pudo pronunciar ante la escena. La cara de sorpresa del comandante era algo nuevo para Zero, ni en la situación más inesperada podía versele así, pero quizás esto era realmente inesperado.

-¡Comandante Signas!- exclamó Zero al ver la alta figura de su jefe detrás de él.

Signas ni siquiera habló, solo mantuvo su mirada fija en aquellos dos.

-¿Signas...?- X apenas pudo mostrarse serio pues el alcohol lo había golpeado muy duro. Quizás podría decirse que ni siquiera comprendía la gravedad de la situación.

-X, Zero- dijo con tono serio dijo finalmente -¿Puedo saber ¡Qué sucede aquí?!- cuestionó obviamente furioso, su mirada se dirigió a ambos mientras Zero dejaba que X se incorporara sin despegar la vista de su jefe.

-Comandante Signas- trató Zero de explicar -Lo que sucede... Verá... Talves solo nos dejamos llevar...- no pudo terminar pues X se adelantó un par de pasos y eventualmente caminó hacia el comandante hasta quedar justo frente a él alzando su cabeza para verle pues era mucho más alto que el azul.

-Comandante...- exclamó X un poco mareado.

-¿Algo que quieras decir, X?- inquirió Signas aún furioso.

Zero supo al instante que debía callarse, lo cual era difícil pues era X quien estaba en problemas.

El azul le miró, parecía somnoliento pero no dudó en alzar sus manos para tomar entre sus dedos los ropajes del comandante para luego jalarles y obligar al mayor a agacharse. Fue ahí que X juntó sus labios con los de Signas por unos interminables segundos para Zero.

Los labios del menor eran suaves, pero la baja estatura de este hacía parecer que Signas besaba a una diminuta muñeca confundida.

Mientras el menor intensificaba el beso, Signas buscaba una forma de liberarse pero su mente no funcionaba, Zero por su parte... Pues...

X liberó a Signas quien ahora estaba en shock, luego habló.

-No se enoje Comandante...- luego dejó su cabeza caer sobre el hombro del mayor -Solo nos divertíamos un rato, apuesto a que usted se ha divertido igual- jugó con los botonos de la camisa del mayor sin dejar de morder su labio y sonreír, incluso soltó una risilla -¿No le gustaría que nos divirtiéramos de la misma forma?-

Zero entonces tomó a X por la cintura y lo alejó del comandante muriendo de rabia. Signas por su parte ignoró el comentario y se enderezó, su rostro se tornó rojo pero trató de mantenerse firme.

-Llévalo a casa- dijo Signas fríamente mientras tomaba un trapeador -Es una orden- salió del clóset sin cambiar su expresión.

***

-Oh por dios...-  pronunció X -Besé al comandante Signas...- continuó -Le ofrecí sexo... ¡Al Comandante Signas!- cubrió su cara completamente avergonzado.

-Sí, ya dejamos eso en claro- dijo Zero con impaciencia.

X se dezlizó en la pared hasta sentarse aún cubriendo su rostro.

-Yo...- dijo el ojiverde, apenas podría escucharse lo que decía, ya estaba llorando -Lo siento... Perdóname...-

Zeró se mostró sorprendido por tal reacción, pero no se movió. El rubio podía comprenderlo, su novio estaba borracho, pero aún así dolía.

Un reploid entró al baño pero al ver tal escena, se retiró rápidamente.

Ninguno de los dos le tomó importancia. X no paraba de llorar, el rubio terminó por sentarse junto a él para luego abrazarlo.

-No fue tu culpa...- dijo Zero -Debía evitar que tomaras de más- pero estas palabras no fueron suficientes para hacer que X parara de llorar -Escucha- dijo tomando sus manos para descubrir el rostro enrojecido y húmedo del menor -Dejemos esto atrás ¿Ok? Esto nunca pasó- le dio un beso en la frente y luego topó su frente con la suya, cerró los ojos -Solo importamos tú y yo ¿Está bien?- luego se separó de él para verlo a los ojos -No dejemos que esto nos separe- Sonrió aunque en secreto también tenía ganas de llorar.

X se lanzó sobre Zero para abrazarlo, aunque no con la suficiente fuerza para botarlo. Zero lo dejó llorar mientras lo acariciaba.

Lo amaba, lo amaba muchísimo pensar que X podría engañarlo era muy doloroso para Zero. Pero, a final de cuentas todo estaba bien.

Zero, eventualmente se sintió como un idiota por creerlo así, pues eventualmente, su más grande miedo se había vuelto realidad.

¡Perra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora