Capítulo 19

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A·T·E·N·C·I·Ó·N

El siguiente capítulo contiene lemmon, lo que significa que leerás algo de dos vatos cogiendo (SignaX)

Si esto no es de tu agrado, entonces no es necesario que lo leas y puedes saltar el capítulo.

×××

Un beso y nada más.

Esa era la sentencia que el Comandante Signas se había autoimpuesto. Ahora solo necesitaba que X activara su carta trampa*.

X parecía dudar de aquellas palabras. Si bien, podría terminar todo con un solo roce de labios, también podría dejarse llevar por la lujuria y... No, no, no.

Debía rechazar esa idea a toda costa.

-Comandante Signas- X buscaba las palabras correctas para rechazarlo sin brusco o pésimo -No puedo, por favor, entiéndalo... Yo... Yo amo a Zero- declaró bajando la mirada.

Signas notó la resistencia y sabía qué decir y hacer para penetrarla. No por nada era un Reploid táctico.

-¿Por qué no me das una oportunidad? Tal vez termines dándote cuenta que entre Zero y yo, yo soy mejor- ahora estaba siendo narcisista. Estaba completa y absolutamente seguro de que tenía razón y si necesitaba probarlo para que X le creyera, lo haría.

-Pero yo no quiero a nadie mejor...- dijo buscando una forma de terminar la conversación. Por otro lado, tenía curiosidad.

-¿Estás seguro?- Signas dedicó esa mirada que transmite claros mensajes. X la captó y su curiosidad creció aún más.

No, no estaba seguro ahora.

Tal vez si daba tan solo una probada, solo una vez, nadie se daría cuenta y Zero no tendría por qué saber que X se dedicaba al control de calidad.

Además, debía decir que tal vez había tenido desde antes de entablar una relación con Zero (E incluso después) unas pocas ganas de intentar algo más con Signas, algo de una sola noche.

O tal vez solo era algo que su cerebro electrónico inventaba para hacerlo sentir menos culpable y más justificado.

X levantó la mirada y sus manos se dirigieron al rostro del mayor, acariciándolo suavemente y atrayéndolo. Signas cedió ante esta acción y se acercó y justo antes de que sus labios se unieran en un beso, X habló.

-Pero solo será una vez- susurró y luego se abalanzó sobre Signas para poder guiar el beso. Sus labios, su lengua, todo estaba empapado con el tacto de Signas.

Por supuesto, el mayor ya estaba acostumbrado a dirigir y no pensaba sentirse menos en aquella situación, así que tomó a X de la cintura y lo levantó del suelo mientras este se aferraba a sus hombros. Lo cargó hasta la cama y lo lanzó a ella, obligándolos a separarse el uno del otro.

X se quejó al caer en la cama, y esta hizo un chirrido al sentir el peso de X, pero aún así no se rompería. Más pronto que tarde, Signas se colocó sobre X acorralándolo.

A Signas le encantaba esa sensación de ser un depredador, y a X le encantaba la sensación de ser una presa indefensa.

El Comandante comenzó a besar el cuello del menor haciendo que su gorra cayera en el proceso y se deslizara bajo la cama.

El azul deseaba con su alma que fueran más rápido de lo que ya iban, pero a su vez, quería disfrutar cada segundo la cercanía del mayor.

Las manos del menor estaban listas para deshacerse de la armadura de Signas, de hecho, temblaban de emoción.

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