"No... No es cierto..."
Signas estiró los brazos para poder liberar un poco de estrés, finalmente había terminado el papeleo que debía hacer y ya podía volver a casa, salió de su oficina luego de apagar la luz y avanzó por los pasillos despidiéndose de los Reploids que se encontraba y que ya estaban listos para volver a casa.
El Comandante salió por la puerta principal luego de despedirse de la recepcionista, el solo no se escondía todavía y estaba a punto de ser otoño, por lo que los vientos revolvieron sus cabellos.
Es cierto que jamás encontró su gorra, seguramente mandaría a hacer otra.
Se detuvo en seco en medio del patio cuando notó una figura envuelta en carmesí justo en la entrada, vio como su cabello parecía flotar con el viento.
Su confusión fue visible.
-¿Zero?- cuestionó. Era cierto que el plazo ya se había cumplido, pero su regreso no estaba programado hasta el día siguiente.
El rubio estaba fúrico, había guardado todas sus fuerzas hasta ese momento, estaba listo para hacer lo que debía hacer.
-¡Comandante Signas!- gritó, su voz resonó por todo el patio, todos los Reploids que pasaban se detuvieron para ver qué era lo que sucedía -¡He vuelto por usted!- declaró -¡He vuelto... Porque usted me ha quitado lo que es mío!-
Signas ya sabía lo que sucedía.
-Zero...- dijo, pero fue lo único que pudo pronunciar pues Zero comenzó a acortar la distancia entre ellos a gran velocidad, cualquier otro Hunter tal vez habría sido capaz de evitar el eventual puñetazo que recibió Signas y que lo hizo caer, pero el Comandante no pudo.
El pelinegro rodó en el suelo un par de veces pero logró incorporarse rápidamente. El Comandante Signas no era un Reploid hecho para el combate, pero sabía disparar armas.
Tomó entonces el arma que colgaba de su cintura y la apuntó hacia el rubio buscando una forma de defenderse.
¡Pam, pam, pam!
Todos los demás Reploids miraban con asombro la escena.
Tres disparos casi al mismo tiempo fueron detenidos por el sable del rubio, ya no era el mismo.
Signas dio una vuelta para evitar la estocada del rubio y plantó un puñetazo justo en el rostro del Reploid carmesí haciendo que este retrocediera.
-¡¿Es todo lo que tiene, Comandante?!- cuestionó fúrico, dio un salto solo para poder acortar distancia entre ambos.
-¡¿Por qué no vienes y lo averiguas?!- respondió esquivando con agilidad el sable de Zero y atinando un par de golpes leves.
Zero era un soldado excelente, casi perfecto y planeaba utilizar esas habilidades para cumplir con su cometido:
Asesinar a como diera lugar al Comandante Signas.
Signas trataba de alejar todo lo que pudiera a Zero, era cierto que su puntería era casi perfecta, pero Zero era capaz de evitar cada disparo, sin embargo, esto solo lo hacía retroceder.
Ambos parecían dos leones peleando a muerte por su territorio, ninguno de los dos planeaba ceder ni perder ante el otro.
Las miradas de ambos se cruzaron mientras buscaban el momento perfecto para provocar un golpe directo, un ataque asesino.
-¡Alguien haga algo! ¡Esos dos van a matarse!- gritó Alia quien al ver que todo el mundo estaba aterrado decidió detener la pelea por sí misma, pero fue detenida por otro Hunter.
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¡Perra!
Fanfiction¿Era instinto? ¿A los humanos les pasaba igual? X no lo sabía, pero lo que sí sabía era que estaba disfrutando esas embestidas y estaba deseoso por más. X y Zero mantienen una linda relación, sin embargo, X comienza a sentirse un poco fuera de luga...