Capítulo 12

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X había corrido para poder entregar su reporte luego de que Alia lo revisara, luego de ello, el Comandante le dejó tomarse un descanso antes de volver a trabajar, así que su desvelo había valido en parte la pena hasta que tuvo que presentarse a una misión, por suerte no era nada del otro mundo, una disputa de dos Reploids que tenía que ir a revisar para evitar que se alterara el orden público.

La noche había llegado rápidamente, pero para entonces, tanto las Navegadoras como X y Zero no tuvieron tiempo de vestirse para la ocasión, aunque de todas maneras eso sería un poco complicado. Las armaduras de los modelos antiguos de Reploids eran un poco más complicadas de retirar que las de los nuevos modelos, por tal razón no siempre había tiempo para un cambio de look*.

El Comandante Signas se recostó en su silla. Debía admitir que estaba nervioso. No era como si no tuviera amigos, los tenía de hecho, pero esos amigos tenían puestos altos y al igual que él, carecían de tiempo para reunirse y charlar. No sabía si él debía ir a buscar a los otros o esperar que llegaran por él... ¿Pero y si lo dejaban? Comenzó a releer un reporte cualquiera solo para distraerse un poco. Bueno, X no lo dejaría tirado así por así, era X, pero también cabía la posibilidad de que sí. Lanzó el folder con el reporte sobre su escritorio para luego rescostarse sobre él.

-Escritorio, eres mi mejor amigo- dijo para sí mismo en tono bromista pensando que era muy gracioso.

Llamaron a la puerta y Signas se irguió rápidamente, se levantó y con una mano en su espalda abrió la puerta. Elegante como siempre.

-Comandante Signas- dijo X al otro lado de la puerta -Estamos esperándolo ¿Nos vamos?-

Signas sonrió, asintió y acompañó a X luego de apagar las luces y cerrar la puerta de su oficina.

En el parqueo, los demás esperaban sobre la camioneta de Signas. El propietario sacó las llaves y presionó un botón para quitar el seguro de las puertas, esto asustó a los Reploids quienes luego vieron a los otros dos acercarse.

-¡Hey ¿Por qué tardaron tanto?!- cuestionó Pallette muy animada al verlos a la distancia.

-¿Quieres ser mi copiloto?- preguntó Signas a X quién al escuchar la pregunta saltó de alegría y corrió hacia la puerta del copiloto.

-Awww, yo quería ser el copiloto- dijo Pallette decepcionada.

-Lástima, yo soy el copiloto ahora- se burló X mientras la chica le sacaba la lengua.

La camioneta del Comandante era un modelo antiguo**, para ser específicos, una SSV Rhino GX*** de color negro con el espacio suficiente para un máximo de siete personas.  Signas había encontrado dicha camioneta en una venta de autos clásicos (Aunque no tan clásicos) y se enamoró de ella al instante, así que no dudó en comprarla e invertir mucho de su salario en ella para hacerla lo suficientemente moderna sin que perdiera su encanto.

Signas invitó a todos a entrar, así que todos obedecieron casi al instante con emoción. Zero se sentó detrás del asiento del conductor con Layer a su lado, detrás Alia y Pallette.

-Muy bien ¿Adonde vamos?- preguntó Signas encendiendo el auto.

-Dicen que hay un bar muy bueno en la calle Luzar- señaló Layer.

-Sí, he escuchado de él, creo que se llamaba... ¡Angelus! Ese era su nombre- dijo Pallette.

-De seguro ponen buena música, podremos ir a bailar- dijo Alia emocionada por hacer vida social.

-Muy bien, suena perfecto- dijo Signas avanzando por el parqueo hacia la salida.

El camino se sintió eterno para Zero pero corto para los demás. Las navegadoras no pararon de bombardear a Signas con preguntas sobre dónde había comprado su camioneta, cuando, cómo y por qué, y por supuesto, el mayor había respondido todas y cada una de esas preguntas con una cálida sonrisa en su rostro.

¡Perra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora