Tenía el día libre por las razones que menos quería, se sentía deshecho, acabado ¿De donde sacaría el valor para ver a Zero a la cara? No podría, seguramente se desplomaría con tan solo verlo cruzar la puerta.
¿Por qué? ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué no podía conformarse con Zero? No había nada que Signas tuviera que Zero no... Bueno, tal vez sí, pero aún así, amaba al rubio, no al azabache.
Debía dejarle en claro al Comandante Signas que lo de anoche no se volvería a repetir nunca más, aún si tomaba, jamás tomaría una sola gota de alcohol otra vez, no lo haría.
No se había levantado de la cama en aproximadamente una hora, período de tiempo en el que los que trabajaban con él comenzaron a preocuparse. Alia comenzó a enviarle mensajes en intérvalos irregulares de tiempo, X imaginó que se los enviaba a escondidas cada que el suplente se daba la vuelta.
X ¿Donde estás? Hoy
hay nucho trabajo por
hacer.X no tenía muchas ganas de responder, se sentía abrumado con la gran cantidad de sentimientos que caían sobre él como piedras en un derrumbe.
El Comandante Signas
me dio el día libre.Tuvo que esperar un par de minutos para recibir una respuesta de la rubia.
¿Qué? ¿Te sientes
mal? ¿Estás enfermo?Me duele el cuerpo.
No estaba mintiendo, pero seguro Alia creería que sería por el trabajo que debía hacer todos los días, no podía darle las verdaderas razones.
Dejó su celular a un lado, no quería dar explicaciones de cómo se había enterado el Comandante o por qué no iba con Cinnamon, no estaba de humor para armar una mentira.
No quería cambiar de posición, aún dolía, toda aquella situación era extraña, su mente estaba confusa, recibiendo órdenes directas que peleaban con su subconsciente.
Por un lado, quería dejar de pensar en eso y continuar con su vida normal, hacer como si la noche anterior y cualquier cosa que lo relacionara con Signas no hubiera ocurrido, pero su conciencia no lo dejaba en paz, aún recordaba las embestidas, el dolor y el placer, parecía que en su cabeza gritaran millones de personas que era una basura, él mismo se lo repetía, no podía continuar con eso, no quería sentirse así de nuevo.
Sostuvo su rostro entre sus manos resistiendo las lágrimas, no quería llorar, quería ignorarlo todo.
Llamaron a su puerta. Levantó la mirada, su rostro parecía un poco rojo.
-¿Quién es?- preguntó sin levantarse de la cama.
-Soy yo, Sig... El Comandante Signas- dijo la voz al otro lado de la puerta.
Sus piernas comenzaron a temblar luego de que se levantara para abrir la puerta, se cubrió con las sabanas como si fuera una forma de protección ¿De Signas? Mas bien de sí mismo.
Abrió la puerta lentamente, el Comandante estaba frente a ella con una amplia y agradable sonrisa y una caja envuelta en papel negro con un moño de color dorado, esto dejó un poco confuso a X quien se rehúsaba a abrir la puerta por completo.
-¿Ya te sientes mejor?- preguntó Signas quien por el momento no tenía planeado entrar a su habitación, aunque no quería tampoco ser visto entregando un regalo a uno de sus trabajadores, era muy poco discreto y poco profesional.
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¡Perra!
Fanfiction¿Era instinto? ¿A los humanos les pasaba igual? X no lo sabía, pero lo que sí sabía era que estaba disfrutando esas embestidas y estaba deseoso por más. X y Zero mantienen una linda relación, sin embargo, X comienza a sentirse un poco fuera de luga...