23

3.1K 325 509
                                    

Frank

«Qué electricidad, vaya conexión

La complicidad de alta tensión

No hace falta hablar, sólo mirarnos

El mundo gira a tu alrededor»


Nunca pensé que la aparición de Gerard Way en mi vida lo cambiaría todo para siempre, es decir, ¿Cómo haberlo predicho? 

Ni siquiera puedo explicar cuándo, específicamente, nos volvimos tan cercanos que podemos hablar por horas acerca de cualquier cosa, considerando lo reservado que he aprendido a ser con las personas después de tantas decepciones que me he llevado con la mayoría de quienes fueron mis amigos alguna vez. 

Desde la primera vez que tuvimos la oportunidad de hablar, fue como si nos conociéramos de toda la vida... Al menos así fue cómo yo me sentí y, de alguna manera, sabía que él sentía lo mismo con respecto a mí. Es que él tiene una especie de magnetismo, que hace que no quiera alejarme de él. Comencé a confiar en Gerard sin conocerlo bien, siendo la segunda persona en lograr ganarse mi confianza tan rápido, pues la primera fue Jamia. Sin embargo, esta circunstancia es muy distinta, porque cuando conocí a Jamia, supe, desde el primer día, que ella y yo estábamos destinados a estar juntos... Lo que me pasa con Gerard es distinto, porque no sé de qué se trata, ni por qué me siento así con respecto a él... Y he pasado varios días tratando de buscarle una explicación, sobre todo después de que me besó. 

No puedo decir que esa noche estaba esperando que él me besara, pero sin duda estaba esperando algo; tenía una especie de presentimiento, una inquietud que me picaba debajo de la piel y que me tenía paranoico sin razón alguna, como si hubiese sido una premonición de lo que sucedería. 

Cuando me besó, fue como si el universo quisiera cerrarme la boca, porque justo en ese momento, yo estaba refutando su teoría sobre sentir electricidad en un beso, totalmente convencido de que tal cosa es imposible, porque yo, en toda mi vida, nunca sentí algo parecido... Pero, oh sorpresa, cuando Gerard unió sus labios con los míos, aunque fue por una fracción de segundo, sentí una fuerte corriente eléctrica que me erizó la piel y me dejó completamente atontado a tal punto en el que no pude hacer o decir algo cuando Gerard se separó de mí y salió corriendo. 

Ni siquiera pude dormir esa noche, pues el momento se repetía una y otra vez en mi cabeza. 

«Sabré que realmente amo a Bert el día que lo bese y sienta una corriente de electricidad en todo mi cuerpo, que sea tan fuerte, que haga que toda mi piel se erice... En ese momento lo sabré». Eso fue lo que dijo, y esa fue la reacción que tuve cuando me besó... Entonces me preguntaba si Gerard había sentido lo mismo... Esa simple pregunta, por sí sola, desataba una corriente de pensamientos que me llevaban a una grave, grave imposibilidad: Estar enamorado de Gerard Way. 

Sin embargo, pensar en dicha imposibilidad fue la solución, fue lo que me trajo paz porque me hizo estar consciente de mi realidad: No debo pensar así en un chico de dieciocho años, es inapropiado y es bastante estúpido, porque ni siquiera lo conozco como para sentir algo por él, por lo que caí en la cuenta de que quizás la electricidad y demás fueron sólo cosas mías, probablemente sentí eso porque fui tomado por sorpresa y ya. Por lo tanto, sólo estaba torturándome a mí mismo, sobre-pensando por nada, y no quería seguir perdiendo tanto tiempo cuando podía concentrarme en asuntos más importantes, como mi esposa.

Lo único que puedo agradecer de mi pequeña crisis existencial fue que me hizo pensar en que estoy demasiado enamorado de Jamia como para preocuparme por alguien más. Quizás ella ha tenido razón todo el tiempo con todas las cosas que decía de Gerard y sólo ha intentado protegerme, como siempre lo ha hecho.

Broken Pieces; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora