Capitulo 21: Mi katana y yo

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Sara

Al abrir los ojos todo lo que veo es negro, y en cuestión de segundos el dolor recorre mi columna entera y hace que emita un gruñido en señal de incomodidad. Lo cual, al parecer, alerta a alguien de la estancia de que estoy consciente.

-¿Sara?- la voz de Demon se escucha baja, rota. Será por la falta de agua...

- Demon... hola...- susurro.- ¡Menudo día más malo hace , eh!- trato de hacer una broma, pero lo que consigo es que el bufe.

- Pues es peor para mi...- susurra, cuando voy a contestar,- he tenido que ver como esos gilipollas de mierda te tocaban...-noto como aprieta los puños al decir esto.

- Eh...- murmuro,- es peor notarlo, créeme, ahora lo sé...

Nos quedamos en silencio tras esas declaraciones, y cuando ya se me hace la vista a tal oscuridad, consigo ver las cadenas que tienen sujeto al chico ante mi. Miro hacia arriba y encuentro el punto donde se enganchan mis cadenas, en el techo, que está a 1 m de mi.

Bueno...

- Dudo que el entrenamiento que me dieron me haya preparado para esto...- comienzo a balancearme, frotando las cadenas contra mis muñecas levantándome la piel,-...pero soy más terca que una mula, y mi pierna muda más que la distancia.

- Sara que...- Demon se calla cuando ve que me balanceo tanto que rozo la pared por encima de su cabeza con las puntas de mis pies.

-¡Vamos allá!- gruño por el esfuerzo, y en un rápido movimiento, dobló mi cuerpo, quedando con el tronco paralelo al suelo y mis piernas paralelas a las cadenas.

Engancho una pierna alrededor de una de las cadenas para ayudarme a levantarme, y cuando ya estoy bien enganchada, hago fuerza con la otra pierna.

- Esto va a doler...- murmuro, jadeante.

Y de un tirón, arrancó la desgastada cadena del techo, haciéndome caer contra el frío suelo de espaldas.

Puede que yo estuviera colgada a 1 m del techo, pero las cadenas estaban a 3 m del suelo.

- Aaaaaay...- me quejo, llevándome la mano a la espalda, que aún me duele por la quemadura.

Miro hacia Demon, sin camiseta, con los brazos en alto, el pelo negro revuelto, sus ojos negros clavados en mi... la 'v' abdominal marcada en el borde del calzoncillo.

¡UUUUUUUUUUUUUFFFFF SARA RESPIRA!

- ¿Que cojon-? ¡Sara! ¡Podías haberte matado! Serás...- le tapo la boca con la mano y me inclino hacia él, sé que estoy desnuda, pero sin pudor, le miro y acto seguido le abrazo.

- Tonto...- susurro,- tú me has hecho mucho más daño en entrenamientos que el que me acabo de hacer yo ahora.

Sin soltarme, me susurra él también.

- Gracias por hacerme sentir como una mierda ahora mismo.

-De nada,- me río, y parece que el hecho de haberme reído le tranquiliza, porque deja escapar un profundo suspiro y me pega más a él.

Alzo la cabeza y le beso, un beso tierno, en el que no hay lengua ni nada, solo contacto de piel con piel, para que sepa que estoy ahí.

Al apartarme, abre la boca para decir algo, pero un tremendo estruendo proveniente del techo le interrumpe. Ante la posible presencia de peligro, Demon me agarra y cubre con su cuerpo el mío, justo a tiempo que caigan unos pedazos de techo a nuestro lado.

Al mirar a los intrusos...

- ¡NO PUEDE SER!- gritamos Demos y yo.

- Holiiiiiiis, - gestualiza Sam en forma de saludo.

Deseo mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora