Capitulo 19: Os vamos a encontrar.

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Julia:

- Sam, ¿que fue lo de antes?

- ¿Lo que?

- Esa magia...

- Oh... eso... puedo explicarlo.

- Adelante.

Sam y yo estamos en su habitación, ya que le recomendaron reposo, soy la encargada de que se esté quieta. Ella está acostada en su cama, y yo aquí, a su lado. Le agarro una de sus frágiles manos mientras ella comienza a explicarme el origen de ese poder.

- Yo solo era una niña... Mi madre, cuando yo tenía 4 años, me llevaba todos los días a un parque. Me lo pasaba muy bien, hice un amigo... - hace una pausa,- pero ese amigo, no era un humano, era un demonio. Uno que no obedecía al "Señor de los demonios", un desertor. Él trataba de luchar por su libertad, pero lo anclaron a su mundo... hasta que nací yo. Yo tenía y tengo la capacidad de "guardar" dentro de mi a demonios y seres que querían vivir fuera de ese mundo. Ese demonio fue el primero.

Hace una pausa.

- Me estás diciendo...¿Que hay demonios viviendo dentro de ti?

- No. Te estoy diciendo que murieron dentro de mi. Y al morir, fueron a otro lugar.

- Entonces...

- Entonces yo me fui quedando con su poder.

- Oh...

Nos miramos, ella tiene aspecto cansado, recordar esa historia ha sido doloroso para ella, se nota en sus ojos.

- ¿Cuantos demonios has tenido dentro?- me mira,- ¿Aparte del que ya eres?

Se ríe y me da un ligero manotazo, en plan bromas. Es preciosa...

- Pues... unos 34.

- ¡¡¡¡¡QuE mE eStAs CoNtANdo!!!!!

- Caaaalma... -se ríe.

- Jope... entonces eres la maga o exorcista más poderosa, ¿no?

- Tal vez...

-¡Tal vez no! ¡SI QUE LO ERES!

-Me duele la cabeza...

- Oh,- susurro,- perdón.

Nos volvemos a mirar, y no lo puedo evitar.

De un rápido movimiento me inclino hacia ella y la beso, mostrándole todo el amor que siento por ella. Lentamente, noto como sus manos suben por mis brazos hsta mi cuello y enrolla sus brazos en el, acercándome a ella.

Suspiro, ella también. La quiero.

La deseo.

Muevo mis manos hacia su cintura y lentamente me siento a horcajadas encima de ella, pecho contra pecho. Nuestras lenguas no tardan en comenzar a pelearse des Teo de nuestras bocas, y mis manos no pueden evitar acariciarle el cuerpo tan perfectamente esculpido que tiene.

Noto movimiento , y veo que ella aparta la manta de un solo tirón, rozando mis piernas al aire por la falda con las suyas al aire por el pantalón corto de pijama. Bajo a besarle el cuello y ella jadea, noto como su pecho sube y baja y muevo mi cara hasta el medio de esos dos montículos tan perfectos. Le agarro de un pecho mientras que con la otra mano trato de quitarle la camiseta. Menos mal que Lila me ayuda con esto último, porque si no se la habría arrancado.

No tiene sujetador...

Ese detalle hace que muestre una pequeña sonrisa y me lleve uno de sus pechos a mi boca, provocando un pequeño gemido por parte de la tierna Sam. Succiono y muerdo su pezon, haciendo que clave sus dedos en mi pelo y que la otra mano que tiene libre tape su boca.

Deseo mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora