Capitulo 27: La 1ª batalla

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Corro por los pasillos avisando de la amenaza que se haya en la puerta de la academia. Cientos de demonios de niveles insuperables se alzan en las puertas de nuestro hogar. Reclamo la ayuda de todos los disponibles, y son pocos lo que dudan en proteger el edificio. Corro corro corro...

Más rápido Sara...

Me freno ante los nuevos.

- Vosotros...- me pienso lo que voy a ordenar a continuación,- poneos a cubierto.

- Queremos luchar,- exige uno de los más débiles.

Le miro de pies a cabeza, es moreno, de ojos grises y complexión delgada. Tiene una mirada de miedo increíble, y su pulso tiembla ante la idea de una guerra.

- ¿Como te llamas?- pregunto.

- Mark...

- Mark, ayúdame a ponerlos a salvo,- No se mueve,- es una orden, soldado.

Con expresión de pesar guía a los nuevos conmigo a las "cavernas", salas de hierro donde guardamos las armas y botiquines de emergencia.

- Aquí estaréis seguros...- murmuro antes de irme corriendo.

Cuando llego a la puerta, Demon se alza ante mi con su ropa negra listo para el combate. Por el pasillo llegan Hipo, vestido con su ropa típica, y Tea, vestida con una chaqueta de cuero y armada con cuchillos.

Me miro, voy con mi uniforme y mi katana colocada a un lado de mi cadera.

- Que todos los Dioses nos protejan...- susurra el director, colocado a primera fila. Tira el móvil al suelo ,después de colgar una llamada al parecer, y empuña su brillante espada.- ¡ACORDAOS DE ATACAR FIRMES Y NO MOSTRAR DEBILIDAD! Confío en vosotros para proteger nuestro hogar...

Tom aparece a mi lado con las mejillas rojas por las lágrimas empuñando una lanza y sonríe al escuchar las palabras del director. Demon me agarra de la mano y la aprieta.

Y con un grito, todos corremos a través del portón, empuñando nuestras armas, dispuestos a vengar a nuestros amigos y de proteger a nuestros seres queridos.

Corro entre seres sin cara, con alas, negros... todo lo que veo son armaduras hechas en el mismísimo infierno, lo que veo es dolor, agresión, corro con la katana en las manos hasta toparme con un demonio nivel 98, al que mato fácilmente con la hoja de mi arma.

Mi pelo se suelta por los movimientos bruscos y mi falda se rompe en las puntas, esquivo, corto, esquivo y vuelvo a cortar. Me agacho y clavo un pequeño cuchillo en la pierna de uno de ellos.

- ¡SARA!- escuchó a Demon detrás de mi.

Me giro y lo veo luchar con un enorme demonio nivel 345, me uno a su batalla para que no pierda la vida y con fuego ardiente salido de nuestros alientos lo matamos juntos.

Me agarra.

- No mueras,- susurra b antes de arremeter contra otro demonio de nivel muy alto.

No lo haré...

Espero...

Corro hacia un grupo y los quemo a todos con mi fuego, clavo me katana en el estómago de uno.

- tú....- se escucha una voz a mi espalda.

Arranco el arma y me giro hacia el intruso, un demonio de nivel 587 se en alza ante mi, su mirada oscura y peligrosa se siente en los huesos y yo solo tiemblo. Da lentos y pesados pasos hacia mi, provocando que yo me mueva hacia atrás.

Rápido, me atesta un golpe con su enorme brazo y alza sus poderosas alas, me caigo de costado soltando sin querer la katana, me giro hacia mi enemigo y me lo encuentro tremendamente cerca, veo como desenvaino una negra y poderosa espada y yo me muevo hacia un lado para que no me la clave en la cara.

Deseo mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora