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Hoy tocó capítulo larguísimo! casi 4000 palabras... y ojalá les guste y lo disfruten mucho porque creo que no voy a volver actualizar hasta terminar Las Bestias.

Los quiero muchísimo ! Que lo disfruten.

El sol estaba ya en su apogeo cuando decidió que era tiempo de volver al castillo y controlar cómo había despertado Lady Realish

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El sol estaba ya en su apogeo cuando decidió que era tiempo de volver al castillo y controlar cómo había despertado Lady Realish. Tomó las acuarelas y el retrato de su padre que había estrujado de sus recuerdos tan vívidos.

Subió los peldaños de las cortas escaleras que ascendían por los senderos de piedra del jardín, y tomó la puerta que daba hacia la cocina para poder servirse una taza de té y algún bocadillo. Entornó la puerta y saludó a quienes ya habían arrancado la rutina en la cocina, que por supuesto era ardua, sobre todo en aquel momento en que había visitas en el castillo.

Cargó una taza y un bocadillo caliente que rápidamente acercó a su boca para soplar con vehemencia, pues estaba caliente en exceso. Tomó el pasillo de la derecha por completo sumida en su tarea de enfriar aquel manjar con miel y canela. Cuando levantó la mirada al no dar de primera con la escalera de servicio, se percató que había tomado el corredor equivocado y estaba frente a la biblioteca.

Sus ojos obnubilados abre aquellas estanterías repletas de ejemplares antiguos y que jamás hubiera creído que existieran, se extendían frente a sus ojos rodeándola. Se olvidó por completo del bizcocho hasta que el calor sobre su mano volvió a demandar su atención y terminó arrojándolo en el bolsillo de su delantal. Aquellas murallas de conocimiento cubrían por completo desde el piso hasta el techo abovedado, con un sector central con sillones, una larga mesa y una escalera que permitía subir a un piso secundario con barandas, que permitía acceder a los libros más altos. Contuvo la respiración al mismo tiempo que sus suspiros y movió su cabeza en negativa, como si aquel sueño fuese demasiado perfecto para ser real.

Libros, rollos y mapas antiguos perfectamente limpios y acomodados descansaban en ellas y en especial aquellos de papiro

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Libros, rollos y mapas antiguos perfectamente limpios y acomodados descansaban en ellas y en especial aquellos de papiro. Apenas si podía creer que sus dedos acariciaran un tesoro semejante cuando unas voces de la habitación colindante distrajeron su atención, por lo que tomó varios al azar de la estantería y subió las escaleras casi a hurtadillas hasta su habitación, los dejó en su mesa de noche para entretenerse mientras Lady Realish tomara alguna de sus siestas.

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