25

9.4K 1.2K 338
                                    

Sorpresa! Aquí está su capitulo de lo que quiso ser hoy una mini maratón, de dos capítulos pero aproximadamente 5000 palabras 😊😁.
Ojalá y lo disfruten. Es mi regalo para todos los que me acompañan con sus mensajitos y con sus votos que son tan importantes para que esta historia crezca.

 Es mi regalo para todos los que me acompañan con sus mensajitos y con sus votos que son tan importantes para que esta historia crezca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Keira llegó al primer piso de la mansión con una sonrisa triunfal en los labios y sus ojos brillando satisfechos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Keira llegó al primer piso de la mansión con una sonrisa triunfal en los labios y sus ojos brillando satisfechos. Era tan inocente y tan boba la pobre, que había hecho lo impensado: subir las escaleras y llorar como una Magdalena. Llevó la mano a su boca y contuvo la risa que amenazaba con escapar y si eso sucedía de seguro Gabriel podría oírla.

Se detuvo junto a la baranda y contempló el pasillo un instante mientras se concentraba en todo lo que diría. Aguardó unos segundos hasta que el mayordomo se excusó, cerraba la puerta de una de las habitaciones y se acercaba.

—Lady O'Brien, ¿podría ayudarle en algo?

—No, gracias. Esperaba para hablar con la señorita.

—Lady Amery no se siente muy bien, quizás sería…

—No le he preguntado su opinión en ningún momento. No sea impertinente y retírese. —Le interrumpió, y el hombre tragó su orgullo ante su llamado de atención. Se limitó hacer  una reverencia antes de bajar las escaleras y ella aguardó que se perdiera de vista.

Caminó lentamente hasta la puerta y llamó con leves golpes.

—Adelante. —musitó Dana, y al entreabrir la puerta, Keira la vio de pie junto al ventanal contemplando el jardín que separaba la casa de la calle londinense.

—La entiendo… —Oír su voz la distrajo y Dana de  inmediato se giró hacia ella con el ceño apretado al verla allí. —Siempre he pensado que es mejor saber las cosas de antemano y no golpearnos con la realidad luego, cuando ya no hay nada que hacer. —Cerró la puerta tras de sí y caminó hasta el centro de la habitación controlando al detalle cada uno de sus gestos y movimientos. Dana la observó. Claro que era bonita, era preciosa y delicada. Una mujer  educada y refinada, de precioso semblante y exquisito gusto para vestir. Hasta verla respirar o simplemente hablar, parecía una obra de arte cuidada al extremo. Se sintió miserable,  pero no quería hablar ni contestar, prefería mantenerse entera el mayor tiempo posible y darle a la víbora lo que se merecía por ser tan atrevida de presentarse allí, seguramente a humillarla aún más de lo que ya se sentía. —Yo lo amo, y él me desea desde siempre. La noticia de su boda sin dudas me ha sorprendido, claro que no lo  imaginé nunca ni esperé algo semejante, por eso vine aquí a comprobar que de verdad la ama; pero en su lugar he encontrado a un Rutland maltrecho, confundido y manipulado por una mujer como usted, que no me llega ni a la punta del zapato. También estoy segura que él me extraña y que aún me desea, lo sentí en su abrazo y en el tono de su voz. —Hizo una breve pausa y continuó —Es por eso que siento que mi deber como mujer es decírselo, para que sepa que yo sí lo amo y que estoy dispuesta a todo por él, por recuperarlo y convencerlo de que casarse con usted es una completa locura y desastre. —Dana inspiró profundo y cuando ya no pudo contenerse más y  antes de que ella pudiera continuar, cuando aún conservaba su rostro aquella mirada aguzada de arpía venenosa, se acercó el par de pasos que la separaban y con el puño cerrado la golpeó en el rostro haciendo que Keira perdiera el equilibrio y cayera sentada en la cama que estaba a su espalda. Sólo se oyó su gemido ante semejante embestida, y llevó su mano a su rostro ardiente mientras la observó de pie junto a ella y aún  amenazante.

Junto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora