Capítulo 7

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1.-caminar de la mano con él.

La cálida mano del pelinegro apretaba la suya con cariño,  ninguno decía nada. Su caminar era lento. Ambos disfrutaban del tranquilo ambiente que los rodeaba.

El viento golpeaba las copas de los árboles con brusquedad logrando que se moviera un poco, sus ojos captaron cualquier detalle, las ramas se rompían al ser pisadas por sus pies, escuchándose un pequeño crujido.  

No sabía a dónde se dirigían, todo parecía igual, tanto que no sabría como regresar o mejor dicho, como huir, miraba a su alrededor con una pizca de esperanza de que alguien apareciera a salvarlo.

Pero nada parecía pasar. El cielo comenzaba a nublarse, los truenos comenzaron a escucharse, el viento comenzaba a hacerse frío y a consecuencia su piel comenzaba a erizarse, aún que estuviera cubierta por un suéter de lana negro. 

Se sentía relajado, amaba el tacto de las manos juntas, sus ojos se mantenían levemente cerrados,  respiraba con calma. Sabía perfectamente en donde estaban, no era necesario asustarse, conocía diferentes caminos de regreso. Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro, miro a Gun por el rabillo de sus ojos, parecía estar buscando  algún objeto o persona. 

─no encontrarás nada aquí.─ susurro.

Su ceño se frunció, parpadeo un par de veces, para luego pasar sus ojos sobre Off a un lado de él, ladeó la cabeza a la derecha, esperando algún otro argumento del hombre, pero parecía que nada saldría de los delgados labios del hombre.

Sus gruesos labios formaron una mueca, miraban cada detalle de los árboles con pocas hojas a causa del otoño, su pie derecho empujaba un par de hojas secas, sonreía levemente al ver como el viento las arrastraba a unos cuantos metros de él.

Su brazo fue levemente jalado, su sonrisa se borró, su entrecejo se frunció, miro a la parte de atrás en la que se encontraba Off recargado en un árbol y con los ojos cerrados, pero aún sostenía con más fuerza su mano. 

─¿qué haces?

─descanso.

Tan solo habían pasado dos horas, no debía ser mucho, para una persona que no había salido en mucho tiempo, pero muy cansado para un chico que dormía aproximadamente cinco horas al día, que se encontraba medicado con ocho diferentes tipos de pastillas, que sufría enfermedad pulmonar y depresión. Claro que todo eso no era algo de lo que Gun estuviera enterado. 

Soltó un suspiro en bajo mientras ponía sus ojos en blanco, recargo su cuerpo contra el mismo árbol, sus manos seguían agarradas, sus hombros se rozaban, ambos par de ojos se mantenían cerrados, disfrutando de la compañía del otro y el gran silencio que inundaba el lugar.

Su espalda podía sentir algunos punzones de la corteza  del árbol en que estaba recargado, sentía un cosquilleo que lo hacía soltar unas cuantas risas.

Su dedo pulgar presionó la pantalla de su celular, que capto el momento perfecto en que los labios de Gun se mantenían curvos en una sonrisa. 

2.- tomar muchas fotos mientras estás distraído.

Era el momento perfecto par poder tomar más de una fotografía del muchacho mientras reía de una manera tierna.

"Es muy lindo".─ pensó sin quitar la mirada del castaño.

Las ramas comenzaban a crujir parecía que alguien o algo las pisaba. Los ojos de Gun se abrieron sorprendido, alejando su espalda de la corteza y prestando su atención total en Off.

─no fui yo.─ susurro al sentir mirada de Gun parecía culparlo, pero inmediatamente negó con la cabeza. 

¿Cómo podría estar alguien en aquel lugar?, no en el corazón del bosque, podría tratarse de un animal, pero la probabilidad era baja, apretó un poco más la mano del muchacho. "No va a pasar nada" susurro.

Los crujidos comenzaban a escucharse más cercanos, junto con el unos débiles chillidos. Su ceño se frunció más, sin más, soltó la mano del pálido para poder verificar que era lo que por su mente pasaba. 

Un pequeño cachorro caminaba sin rumbo alguno, sus gruñidos no cesaban.

—¿Qué hace aquí?.— se preguntó.

Parecía lesionado, su pata derecha se encontraba un poco elevada, mientras que cojera con la contraria, logrando tener un poco de equilibrio.

Era hermoso, pelo café, ojos negros, la parte inferior de sus patas mantenían un color blanco. Aquel animal no tendría ni el año de edad, era pequeño.

Intentaba acercarse, pero los chillidos del perro se hacían más fuertes e intentaban correr hacia la dirección contraria, pero era difícil para el.

Su ceño se frunció  al escuchar aquellos sonido, asomo levemente su cabeza por la corteza del árbol, apreciando a el animal que estaban cojeando a unos cuantos metros.

Camino lentamente hacia este, intentando disimular su presencia, aún que el animal ya lo había notado.

Tocaba lentamente el pelaje del animal, intentando calmar sus chillidos, pero parecía no funcionar, el perro estaba dispuesto a huir.

El animal era pacífico o eso era lo que quería pensar, con pequeñas caricias y susurros inaudibles, logró que el  cuadrúpedo se mantuviera el mismo lugar.

Se sentó sobre las hojas secas mientras mantenían a el animal sobre sus piernas, acariciando lentamente su pelaje, era sube y estaba bien cuidado, ese cachorro parecía haberse perdido.

Los respiros ya calmados parecían que había logrado su objetivo. Tranquilizarlo para poder llevarlo con el.

—desde ahora te llamas "Canela".— susurro.

Se levantó del suelo con el animal entre sus brazos, camino hacia Off, quien en todo el tiempo se había mantenido confundido y un tanto molesto.

El Gun miro a Jumpol a los ojos, con unos cuantos parpadeos, conocía claramente lo que pedía, así que solo desvió la mirada del castaño.

—su nombre es "Canela".

—no lo llevarás.

—¿Por qué? Yo siempre quise un perro.— su voz se escuchaba suave y tierna.

—no lo llevarás.— su tono se escuchaba gruesa y dominante.

Off no era de esos hombres que podía cambiar de opinión con unas cuantas palabras de amor y cariño.

—no podemos dejarlo aquí, tiene una patita rota.

—no me importa, no lo llevarás.

—por favor.— sus ojos volvieron a los avellana del más bajo, su petición era demasiado para Off, no le gustaba convivir con mascotas, odiaba tener que limpiar, bañar y cuidar de algo.

"Prometiste hacerlo feliz".— pensó.

—por favor.

—bien, puedes llevarlo.— rodó los ojos.

La sonrisa de Gun era grande, finalmente había cumplido el sueño de su niñez, poder criar a un perro, tal vez ahora con ayuda de una persona.

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