Secuestro •||OFFGUN||•

Capítulo 20

Las manecillas del reloj eran los únicos sonidos que se  podía escuchar en la habitación en donde solo se encontraba Off y su nuevo psicólogo. 

El hombre de avanzada edad era bastante serio y quisquilloso, comenzaba a hartarse del hombre. Realmente las visitas no servían de mucho, solo recibía regaños del hombre por algunos minutos para después todo pasará a estar en total silencio.

Pasaba una hora recostado en el divan negro de la habitación con tentación de tomar una siesta, pero si lo hacía el hombre se molestaría y recibiría aún más regaños.

Su mente razonaba todos los hechos pasados, todo los problemas causados, de los que una vez quiso huir, pero por más que lo intento no lo logró. 

Fue muy absurdo querer correr de una realidad que de alguna manera tendría que demoler su felicidad, quitándole a su luz. Pero si pensaba bien, realmente el culpable era el, por ilusionarse con una persona que no estaba hecha para el.

Merecía el odio de la familia Atthaphan, quienes ya se lo habían hecho notar llendo a casa a gritarle, maldiciedolo una y otra vez por no estar en prisión.

Era verdad el debía estar en una prisión por haber secuestrado a Gun, pero su padre no dejaría que eso pasara así que había impedido que eso sucediera, era algo que ha tenía resultó por lo que le dijo.

—tu no deberías estar aquí.— hablo el hombre después de media hora de haberse mantenido en silencio y mientras leía un libro viejo.

Rodó los ojos en espera de algún nuevo sermón.

— Tu deberías estar en prisión. — escupió con odio. No comprendía el porque le hablaba de tal manera.— cometiste un delito. Pero como eres hijo de papi puedes hacer lo que quieras.

Elevo una ceja mirando al hombre, su boca forma una línea  recta esperando a que el hombre terminará con su reproché para el poder salir del consultorio e ir a casa y dormir todo el día.

—¿Porque lo hiciste?.— cuestionó.

Esa estúpida pregunta que tenía que responder cada que asistía al lugar y ese anciano que no toleraba su repuesta.

—Lo amo.— susurró volviendo su mirada al techo esperando nuevamente los gritos después de la pregunta.

Cerro los ojos dispuesto a relajarse un poco para poder soportar al psicólogo que decía querer ayudarlo, cauando lo que hacía era perturbar su intento de tranquilidad, pues de su mente no salía su ese lindo castaño lloriqueando del que quería buscar para poder abrazarlo, acariciar su suave cabello con olor a frutilla mientras esté buscaba calor en su cuerpo. Pero no lo haría, no alteraría al pobre chico de preparatoria que intentaba asimilar aún los problemas en los que se encontraba.

Logro escuchar el suspiro del hombre que parecía mantener la calma, que Off creyó que no existía en el.
Lo miro de reojo esperando escuchar lo que estaba por decir.

—Esa no fue la manera correcta de enamorar al chico.— susurró sube el doctor.—  el tiene problemas para dormir ahora.

Sus ojos se colocaron sobre el hombre que evitaba su mirada desviandola hacia una planta artificial que se encontraba en la esquina de la habitación.

Se sentó conrectamente en el divan al escuchar la mención del pequeño castaño.
El hombre sabía algo importante que el no.

—¿Que quiere decir con eso?

—lo que escuchaste.— hablo exasperado. Volvió su mirada al pelinegro. En sus ojos podía apreciarse decepción, tristeza y odio del hombre.— Gun no merecía tal trauma, el es solo un chico normal que merece ser feliz a su modo, pero llegaste a arruinar su mundo.

Frunció el ceño y entrecerró los ojos intentando analizar todo lo dicho.

—¿Cómo es que sabe tanto d...

— Estuve investigando un poco, es los que cualquier psicólogo hace para poder ayudar a sus pacientes.

Desvió la vista hacia sus manos que jugeteaban una con otra.

—yo se que estuve mal, pero el no se sentía cómodo en su vida.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

—Gun lo dijo.

—Tambien dijo que te quería.— escupido con rabia. — porque estaba confundido con tus acciones repentinas, le mostraste una mentira de mundo, lo confundiste tanto que creyó quererte.

Parpadeo un par de veces analizando cada palabra para poder contraatacar en una lucha que estaba perdiendo.

—¿Cómo puede saber de la condición de Gun?

—Conozco a su psicóloga.

—debería de tener  confidencialidad médica.

—somos profesionales. — aclaro.— este problema no saldrá de nosotros.— suspiro levantándose de su asiento y caminar hacia su escritorio que se encontraba a unos metros.

—el no quería seguir cerca de todos los monstruos que lo rodeaban.

— El único monstruo en su vida fuiste tú.— dijo sin seguir queridos tocar el tema. — el ya no puede dormir, debes estar feliz ahora, puedes irte.

Gun no podía estar tranquilo ni durmiendo.

"Debe estar tenido pesadillas".— pensó.

Miro por última vez al hombre para después salir de la habitación encontrándose con la salsa de espera en donde ya se encontraba el siguiente paciente esperando a que saliera.

—es el peor psicólogo, te recomiendo que no entres.— le hablo a la chica de cabello rosa que lo miraba sin interés.

Camino por el estacionamiento hasta llegar a su auto y subir.
Soltó todo el aire de que no lo dejaba respirar sintiendo como su pecho comenzaba a dolor un poco.

Tanto dolor había causado a Gun.

Giró su cabeza hacia la ventana del conductor, la luz del sol estaba por desaparecer, dándole paso a la luna.

El momento que tanto Gun esperaba en el día llegaba. La linda noche que acompañaba a la luna.

Miro tranquilo los rayos del sol que desprecian por los edificios, sonrió un poco y se sentó en su sillón, mueble que había puesto frente a la ventana.

Mirar a la luna era su nuevo hobby por las noches gracias al insomnio que estaba padeciendo.
Su psicóloga le había dicho que sería algo normal por los efectos secundarios de las pastillas que le había recetado.

"looks like a winter bear
you sleep so happily
i wish you good night, good night, good night
good night, good night"

Escuchar "Winter bear" se había vuelto un clásico por las noches. La tranquila melodía de la guitarra lo relajaba mientras veía como las estrellas comenzaban a aparecer al igual que aparecían los recuerdos de la única persona que vivía en su cabeza.

—imagine your face
say hello to me
then all the bad days
theyre nothing to
me with you.

Canturreo para perder su mirada en el cielo. 

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Esto se debió haber subido ayer ಠ ل͟ ಠ
Pero aquí está