DIA 20 CUMPLEAÑOS DE AKASHI

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Se aproximaba en pocos días la fiesta de su querido novio.

La comida correría por cuenta de Kagami, es decir; la preparación, bebidas y decoración ayudado de Kuroko y vaya había sido un problema porque el peliceleste insistia en que se dieran malteadas de vainilla.

El lugar seria; gracias a algún dios benevolente, dijo después Kagami, en su propia casa, ya que el pelirrojo  estaba arto de el tiradero que le dejaban en su departamento. La ultima fiesta que se realizase ahí acabo con varias cosas asquerosas en el piso y ni que decir del desastre del inodoro.

Algo que el tigre nunca sabría era que había sido culpa suya, que vergüenza.

Entonces el gran día llego. 

Kouki estaba estresado

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Kouki estaba estresado.

No; lo que le sigue. Enloquecía.

La fiesta sorpresa de su novio debía ser perfecta. Ahora entendía su necesidad por mandar y ordenar, por ser obedecido y que todo fuera absolutamente perfecto.

Kagami, Kuroko y Kise; que era el más entusiasta por cierto, eran buenos amigos y ayudantes.

Cómo que se estaban arrepintiendo de prestarse voluntarios para ayudar; y es que si Akashi era un Emperador, Kouki al parecer, si que era una digna Emperatriz.

Y una más sádica.

No habían parado desde las 6 de la mañana. Vamos, que de seguro el pelirrojo a esa hora estaba en el quinto sueño.

—Kise-san.... ¿Esas flores que hacen ahí?—

Kise casi salto como gato mojado, si es que pudiera. No iba a decirle que por estar mirando a Kuroko no presto atención a donde quería el castaño que las pusiera.

—Este... Solo...—

—Van junto a la mesa de... Olvídalo, yo las pongo—

Tomo las flores delas manos de un impactado rubio, viendo como el castaño se movía demasiado nervioso de aquí allá.

Entonces Kuroko se movió a la cocina, tomo algo que no logro ver y se acercó al exaltado novio.

—Furihata-kun, si sigue así no logrará sobrevivir a cuando comience la fiesta—

Furihata tomo la bebida ofrecida, un líquido brillante rojo de olor exquisito le esperaba y no tardó en desaparecer del vaso.

Esperaba poder lograr tranquilizarse, bajar un poco el estrés.

—¡Kuroko no!— se escuchó el grito de Kagami, pero ya era demasiado tarde


—¡Kuroko no!— se escuchó el grito de Kagami, pero ya era demasiado tarde

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Akashi no daba crédito a lo que veía. Midorima y Murasakibara habían retrasado su llegada.

Por supuesto que sabía era a propósito, pero su pensar era que se debía a la fiesta; que supuestamente era sorpresa, pero de la que ya sabía iba a ser llevada a cabo por su dulce novio.

Pero lo que vio... Lo que vio...

—T-Tu ¡Emperador de mi... De mi... C-Corazon! Hip~—

Su Kouki lo señalaba con una supuesta mirada acusatoria. Señalandolo e intentando llegar a el.

—T-Te voy a hip~montar tan duro que... Que... —

Las manos del rubio cubrieron la boca del castaño, este seguía hablando incoherencias sexuales que eran muy vergonzosas hasta para Aomine... Eso sí que era...

—Vaya... Quien dijera del chihuahua— Aomine dijo lo que todos pensaban pero nadie decía por temor a la ira del Emperador.

—Callate Daiki—

Akashi, por primera vez en su vida estaba seriamente impactado... Y vergonzosamente duro frente a sus amigos.

—Tetsuya se puede saber ¿Que demonios paso?—

Kise y Takao se llevaron en rastras al castaño, mismo que luchaba por liberarse.

—No ha sido culpa mía Akashi-kun, fue Kagami-kun—

—¡Kuroko traidor!—

Resulta que Kagami había estado intentado recrear una bebida alcohólica que antes su padre le enseñará, pero al parecer erro en la cantidad y tipos de alcohol y el resultado había sido ese.

Un Furihata Kouki ebrio hasta las puntas del cabello y muy, pero muy... Descarado.

Akashi sonrió y todos palidecieron y dieron un par de pasos hacia atrás.

—Seeei~hip... Feliz cumpleaños... Amooo~r—

—Bien... todos tienen menos de 60 segundos para abandonar la casa... O se traumaran—

Escucho un "no de nuevo" de Kagami y vio como se llevaba a un Kuroko molesto despotricando que el si quería ver, por cuestiones de sus libros de -noseque- sobre su hombro y así cada uno de sus amigos se fue marchando.

Akashi se acercó a un tambaleante castaño, le tomo de la cintura y con una de sus manos levantó su mentón para ver sus obnubilados a ojos cafés.

—Entonces cariño ¿Cómo dijiste que me montarias?—

Kouki sonrió aún algo o muy ebrio.

—Muy duro~hip...—

—Feliz cumpleaños a mí— murmuró el emperador antes de lanzarse a besarlo.

31 DIAS DE AKAFURIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora