DIA 2: FUTURO

889 98 6
                                    

Akashi Seijuuro era alguien conocido por su apellido y capacidad innata. Su poder frente a personas aún mayores y sus obvios triunfos.

Pero hubo algo contra lo que perdió en un principio. Una derrota para nada comparada con alguna otra. Y es que no había otra.

El partido perdido contra Seirin era una nimiedad comparada.

Un chico castaño, de ojos pequeños almendrados, era un chico fuerte, determinado aunque temeroso.

Y perdió contra su amor.

Akashi Seijuuro era alguien que le daba a futuro. Y en un futuro se veía con una vida hecha con ese chico.

Lo veía con esa sonrisa llena de felicidad desbordante, contagiando sus días grises para hacerlos un arcoiris por la lluvia de primavera.

Pero si quería ese futuro había cosas a las que debía renunciar. Y una de ellas era a su amor.

Seijuuro emprendió entonces una larga lucha acompañada de la agonía de su tristeza. No la propia, ya que era alguien fuerte que velaba por lo que quería.

Pero la agonía que acompañaba los ojos tristes de su amado casi lo hacen claudicar.

Necesitaba fijar pilares que aguardan su amor a como diera lugar. Necesitaba ser fuerte para luchar contra su propia sangre para proteger a su amado.

Así que le vio sufrir en silencio. Quizá el castaño le abría acompañado en su campaña, pero Seijuuro no abría podido protegerlo de si mismo. De la pena de no sentirse suficiente o de su inseguridad. Estaba seguro que no era la forma sin embargo así lo había querido.

Por el bien de ambos y del amor que; en su inocencia, Kouki no sabía era correspondido.

Entonces cedió, todo aquello que preparo salió triunfante.

Las ganancias de su propia empresa se fueron a las nubes, su padre acepto su; amor extraño, como lo había llamado. El futuro para ambos auguraba solo cosas buenas.

Entonces, ¿Porque había luchado?

Si la mirada de su amado Lucía apagada y vacía. Si escuchaba de sus propios labios que su corazón estaba cansado.

De ninguna forma. Su futuro no se derrumbaria.

Tomo al castaño entre sus brazos frente a la mirada de sus amigos y lo arrastró hasta un lugar más privado.

No le importó los gritos de sus amigos, la negativa del castaño. No le importó hasta tenerlo entre sus brazos mientras calmaba su llanto y las preguntas del porque rompía aún más su corazón de esa manera.

—Mi futuro, mi presente, e incluso en mi pasado, estaba esperando a que llegaras tu—

Kouki le veía con la mirada embravecida, con dolor y asombrosamente algo de esperanza.

—¿Tienes algo de tu tiempo para mí? Aún... ¿Aún podemos tener un futuro juntos Kouki?—

—Aun... Aún podemos A-Akashi-san...—

31 DIAS DE AKAFURIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora