Conjunto de drables como reto para la página #Porque Amamos el AKAFURI
Distintas temáticas, todas completamente AKAFURI.
(Algunas de estas historias tendrán una continuidad)
Seijuuro caminaba de un lado a otro en la habitación. Kouki estaba entrado a un lado de la cama, medio rostro cubierto con una venda.
—Seijuuro...—
—Ahora no Kouki—
—Seijuuro por favor— susurró el castaño, con la voz ahogada de dolor —Por favor—
—¡¿Porque no me lo dijiste?!—
Kouki termino por ceder al llanto, sintiendo rápidamente los brazos de su novio rodearme y arrullar lo con ternura.
—No quería.... No quería estresarte aún más, creí que podría solucionarlo solo—
—¡Maldición Kouki!—
—Lo siento tanto Sei, perdoname por favor—
Kouki había sido herido por una acosadora en el rostro, la mujer enloquecida había arañado; gracias a la buena suerte, lejos del ojo.
Al parecer la mujer le recriminaba el hecho de que Kouki fuera pareja de Seijuuro y no ella.
La molestia del pelirrojo caía en el hecho que por un tiempo solo habían sido mensajes, llamadas y al parecer despues fueron empujones en las escaleras de la universidad cuando se atestaban en plena hora pico.
Pero eso era el colmo.
Kouki había sido acorralado por esa mujer y le había exigido que terminara la relación con Akashi, Kouki obviamente se negó y le pidió que le dejara tranquilo, pero ella había enloquecido y; en medio de un tumulto de expectadores fue lanzado al suelo y golpeado.
Kouki no se defendió, puesto que quien había levantado una mano en contra suya era una mujer y su integridad le impedía lastimarla.
Akashi se enteró en cuanto un exaltado Takao, había llegado a su salón de clases sin importarle que estuviera justo en medio de un examen, le gritó que su novio estaba en la enfermería herido y salió de ahí. Akashi sentía que su corazón se detenía, su Kouki... No sabía que le había sucedido y en cuanto lo vio.
Una venda en el rostro, sangre en la camisa a cuadros manga larga que llevaba y sobre todo, sus lágrimas.
Estaba molesto, si; pero no con el, nunca con el.
—Perdón Kouki... Perdón por no haber estado ahi—
—Perdoname Sei, por... No pedir tu ayuda—
Ambos se habían abrazado ya en la intimidad de su casa, prometiendo, Kouki, acudir a su novio si lo necesitaba y Seijuuro, asegurando que no volvería a permitir que nadie dañarse al amor de su vida.
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Lo que Seijuuro no sabía, era que pronto esa promesa se vería rota.