31 DIAS DE AKAFURI

DIA 3 FRESAS

Seijuuro siempre pensó que su amado novio tenía un aroma a vainilla, dulce y acaramelado pero sin ser empalagoso.

Cómo su personalidad. Seijuuro sabía que Kouki odiaba molestarlo, que no le gustaba acaparar más de si tiempo a sabiendas que era un joven ocupado, pues ser el heredero de lo Akashi no era algo fácil.

Además de los problemas que había tenido con su padre y el casi perderle, a Kouki le había quedado algo o mucho de miedo al futuro juntos.

Sabía que Kouki lo amaba, de eso no tenía duda, así que decidió darle un descanso, a ambos.

Una semana de espera y ambos estaban en un lugar apartado, solo ellos y un poco de personal, un balneario muy bien recomendado aún con frío y la nieve a su alrededor el lugar era espectacular.

Ambos descansaban abrazados junto a la chimenea, Seijuuro leyendo y comiendo algo que no había identificado.

Entonces llegó a sus fosas nasales, un aroma diferente al habitual.

Mas dulce, más... Rosa...

Fue un error voltear al verle, Kouki; inocentemente comí de un cuenco un montón de fresas, tomaba una y con cuidado de no ensuciar algo o a el, las hundía en chocolate; un espectáculo al cual no podía evitar ver con detenimiento, el como abría sus labios, los cerraba entorno a la punta de la fresa chocolatada, mordía y después lamía sus labios manchados para después masticar y tragar. Y así una y otra vez hasta que no quedó nada.

Le traería un kilo más de ser necesario con tal de verle nuevamente, es decir; las expresiones de satisfacción que veía en su rostro eran tan... Estimulantes.

—¿Seijuuro? ... ¿Sucede algo?—

Seijuuro a penas parpadeo y con rapidez sin respoder acortó el espacio que los separaba y le beso.

—Nada Kouki... No es nada—

Saboreo el sabor de las fresas, sonriendo tenuemente por la expresión de su novio.

Fresa, de ahora en adelante le diría adiós al aroma de la vainilla, las fresas dulces y rojas; como su color, sería el aroma adecuado para su pareja.