Un accidente automovilístico. Una chica sin Historia, pero criada por una familia muy especial.
Un chico complicado, que la licantropía, vuelve muy irascible.
¿El amor lo puede todo?
Soy Dafne Mactavich y esta es mi Historia, ¿Busco el amor o el amo...
_ ¡¿Qué haces en brazos de ese perro pulgoso?!- Exclamó Rose fastidiada desde la terraza.
- Má no se de qué te sorprendes, siempre me gustó que me carguen hombres apuestos -
- No tienes remedió, voy a terminar con el pelo totalmente blanco antes de tiempo -
- Yo diría que verde - Agregó Emmett juguetón abrazando a su esposa desde atrás.
- No exageren, no es como que fastidie todos los días a mí madre -
- Casi todos los días - Sugirió Jasper.
- Según mis cálculos son día por medio - Concluyó Alice.
- Saben... Mejor no me ayuden - Me sorprendía que nadie me sacara de los brazos de este chico, usualmente enloquecen...
Aunque la estaba pasando súper, tenía que terminar con este incómodo viaje, porque él parecía no tener intención de soltarme - ¿Me podrías bajar? Por favor - Ante todo la educación.
- ¿Qué me darás a cambió? - Cuestiono Paúl con una sonrisa tan sexi, que de seguro derretía media Antártida, ese hombre había nacido para alborotarle las hormonas a la pobre Dafne.
Dafne no iba a retroceder, no sabía cuánto poder tenía sobre él, pero quería descubrirlo - ¿Que podría darte? - Fingió pensarlo unos segundos, antes de plantarle un inocente beso en la mejilla, lo dejo tan atontado como para poder escapar fácilmente.
Jasper vio como su niña corrió feliz a la casa, dejando al lobo anonadado, tener que soportar esas escenas era de los más difícil que le toco enfrentar a lo largo de su existencia, le encantaría acabar con la miseria del chucho, pero eso seguro ponía triste a su princesa, al parecer la conexión seguía ahí, a pesar de la ausencia de los recuerdos compartidos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¡Y ahora lo besa Emmett! En que demonios piensa está niña ¡Ni lo recuerda, por los malditos vampiros de Atlántida! -
- No maldigas osita, tu misma dijiste que lo preferís, a qué se enamoré de un vampiro -
- Es que esta niña no sé puede enamorar de un humano ordinario -
- Lo que pasa es que nuestra Daff es extraordinario y no encaja en ningún molde -
- No sé cómo las humanas pueden lidiar con sus hijos, a mí me estaría dando un infarto cada cinco minutos -
- Cariño no te aflijas, no vale la pena amargarse, los dos sabemos que esa niña nos tiene envueltos en sus manos, te apuesto lo que quieras a que si te hace media sonrisa, gira la cara y te ve como si fueras la peor madre del mundo, vos de inmediato ya le estás organizando la boda y construyendo una casa en el límite entre los territorios, sola para que sea feliz. -
