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Era el día del caos. 

Betty había publicado el artículo relatando todo el asunto de la libreta en el periódico escolar, y ahora la preparatoria se había convertido en un paredón dónde los espectadores estudiantes esperaban ansiosos la ejecución.

Betty y Verónica estaban en primera fila observando como esos rufianes eran llevados a la salida de las instalaciones porque habían sido suspendidos. Un castigo demasiado leve por todo lo que hicieron, según pensaban muchas.

Entre la multitud, una pequeña cabeza rubia observaba todo con la culpa extendiéndose por cada fibra de su cuerpo. Su angustia fue más grande luego que el moreno ex capitán del equipo la distinguiera entre la gente. Un escalofrío cruzó todo el cuerpo de la chica al percibir la sonrisa que el chico le dedicó antes de cruzar la salida. Esa sonrisa maliciosa y cargada de sorna la conocía a la perfección. Era esas sonrisas que acarreaban un mensaje, y ella lo recibió fuerte y claro: Cometiste un grave error al traicionarme...

Pero ya no había marcha atrás. Las cosas sucedieron de esa forma y no había nada que ella pudiera hacer para cambiarlo. Suficiente hizo con persuadir al director Weatherbee para que no los expulsaran.

- ¡Rox! Roxy...

Cuando la gente comenzó a dispersarse al acabar el espectáculo los llamados del pelirrojo se hicieron resonar entre el murmullo estudiantil. 

La rubia no prestaba atención, estaba demasiado concentrada con el celular pegado a la oreja, rogando que la persona al otro lado de la línea finalmente contestara luego de tantas semanas de insistencia. Maldijo cuando nuevamente fue enviada al buzón de voz. La angustia se mezclaba con la molestia que sentía al estar siendo ignorada. Solo quería escuchar su voz ¿Tanto le costaba contestarle una maldita llamada, aunque sea solo para mandarla al diablo?

–Maldito hijo de perra ¡Contesta el condenado teléfono! Solo quiero saber si sigues respirando –gruñe al buzón de voz antes de finalizar la llamada.

–Rox... –El pelirrojo por fin la alcanza y la detiene tomándola del brazo, queriendo ignorar lo que acaba de escuchar –¿Estas bien? Sé que Chuck y tu eran amigos y...

–No quiero hablar de eso, Archie, te lo suplico –pidió reanudando su andar.

–Claro, de hecho, quería agradecerte por lo que hiciste por mí. El que hablaras con mi papá y todo lo del cobertizo.

–Sabía que te gustaría. Además, era lo mínimo que podía hacer para que las cosas volvieran a ser como antes. Detesto estar peleada contigo, la guerra fría entre ambos tenía que terminar... –Le dedico una sincera sonrisa que el pelirrojo respondió –Y puede que sea una excusa más para que te alejes de la bruja.

–Si empezaras hablar de mala elección de pareja, déjame decirte un par de cosas que pienso de ti y Reggie.

–Wow, espera vaquero. Detén tu caballo –Rox detuvo el andar de ambos, encarando al pelirrojo –Reggie y yo no tenemos nada.

WHITE QUEEN  | RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora