La mas pequeña de las hermanas Cooper ha vuelto al pueblo luego de casi un año de ausencia. La reina de Riverdale High regresa más peligrosa que nunca, junto con un mar de secretos tras ella que ocultan la nueva oscuridad que alberga su ser. Un peli...
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–Estas castigada.
Fue lo primero que dijo su padre tras traspasar el marco de la puerta.
–¿Hablas enserio?
–Muy enserio, Roxy. –replicó elevando la voz, rojo de la cólera –Te has pasado de la raya. Y mejor agradece que tu madre no esté aquí porque sabes que las consecuencias de tus actos serían mucho peor que un simple castigo.
–Bueno, mi vida ahora no es muy diferente a la de un castigo constante. –murmuró con la cabeza gacha. No le gustaba discutir con su padre y mucho menos que él le gritara tal y como lo estaba haciendo, pero los Blossom siempre habían sido un tema muy delicado en su familia y nunca entendió por qué.
Hall suspiró para tranquilizarse. El comentario de Rox le había caído como un balde de agua fría para su colera. Quisiera o no admitirlo, tenía toda la razón ante la severidad con la que se le había estado tratando. El dolor que sentía al ver a su pequeñita, y pensar por todo lo que había tenido que atravesar, lo llenaba de una incontenible impotencia. Quería mantenerla a salvo, encerrada si era necesario, pero a salvo. Pero hasta ahora ningún lugar había cumplido sus expectativas para lograrlo. Sin contar que, por más que quisiera, Rox era un alma libre e inquieta y querer reprimirla más de lo que ya lo hacían solo había traído dolor. Y no se lo reprochaba. Después de todo, eso era lo que la hacía tan especial.
–Ve a tu cuarto y quítate eso. –ordenó más tranquilo, aflojando el nudo de su corbata.
Sin decir nada, -no tenía animo alguno de seguir discutiendo- asintió y se dio media vuelta hacia las escaleras para seguir las instrucciones de su padre.
–¡Alto! –Se detuvo al llamado de su hermana al inicio de las escaleras. Se volteo a ella irritada. Betty había estado con la mirada perturbada todo el camino. Roxy no lo había cuestionado porque no tenía la paciencia de lidiar con los dramas de su hermana, pues suponía que su actitud lánguida se debía a su comportamiento. –Espera, quiero que estés aquí cuando lo diga y saber si es otra cosa que me has ocultado.
–¿De qué diablos estás hablando ahora, Betty? –preguntó el hombre con hastío. Estaba cansado de ese asqueroso día como para seguir discutiendo.
–Jason y Polly se comprometieron ¿lo sabias? –preguntó directamente a su padre, pero Rox sabía que esa pregunta también iba dirigida a ella. El silencio fue la respuesta de ambos. –Oh, por dios... claro que sí.
–Rox, ve a tu cuarto. –ordenó. Y ella así lo hizo.
–¿Eso era de lo que tú y Clifford Blossom estaban hablando? –le cuestionó a su padre, un momento luego que su hermana los dejara a solas.
–Eso no es de tu incumbencia.
–¡Si, si es de mi incumbencia! –se exaltó, harta. –Deja ya de evadirme y dime qué está pasando.