7. El prisionero

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Carina salió de la casa que habitaba en Hogsmeade, era una pequeña choza que por fuera se veía destruida y abandonada, pero por dentro había logrado hacer del lugar más habitable, lo cierto era que eso era algo ideal ya que de esa manera nadie sospecharía que alguien vivía en él. Sus pasos quedaban marcados por la nieve, no se preocupó pues con la visita de los alumnos de Hogwarts las calles estarían llenas de ellos.

Iba caminando mientras ajustaba su túnica y bajaba su capucha para cubrir parte de su rostro, el frío entraba por sus brazos y siendo algo que ella disfrutaba algunas veces, no podía negar que su temblar se debía más a los nervios que a nada. Remus había enviado un patronus alegando que tenía cosas importantes para contar y que se tenían que reunir en la casa de los gritos que era a donde se dirigía.

Pasó por las Tres Escobas que estaba atascado de gente y poco más allá siguió caminando hasta que un cuerpo invisible chocó contra ella lo que hizo que ambos cayeran al piso.

Carina pudo ver la mitad de un cuerpo tirado en la nieve y se habría espantado de no ser porque sabía de la existencia de la capa de invisibilidad de James Potter, pero su actual portador no podía ser él aunque debía aceptar que su parecido era tan increíble como había escuchado.

Vio como el muchacho se quitaba rápidamente la capa para guardarla bajo su brazo y apenado con la esperanza de que no lo haya sido visto se puso de pie y después de ayudarla a levantar se veía dispuesto a caminar cuando ella lo detuvo con la esperanza de saber algo más sobre Harry Potter.

[•••]

Carina siguió su camino después de su encuentro con el hijo de Lily y James, era en verdad increíble el parecido que tenía con su padre y la emotividad que irradiaban sus ojos iguales a los de su madre. Con ese pensamiento, siguió caminando con la nieve trazando sus pasos y cuando estuvo en la entrada de la casa embrujada tocó unas tres veces en una tonada especial y la puerta se abrió. Carina se aseguró de que nadie estaba ahí y entró.

-¿Para qué me sacas de la comodidad de mi casa con este frío, Remus?

-Creí que te gustaba el frío -le dijo con una pequeña sonrisa- me temo que aún con mil grados bajo cero, me matarías si no te trajera esta noticia.

Carina estuvo a punto de preguntar a qué era lo que se refería cuando Remus se hizo de lado y pudo ver una figura masculina de aspecto descuidado, aunque sin dejar de lado sus rasgos estéticamente bellos, que la esperaba con ansias del otro lado de la habitación. Él le sonreía de manera ladeada como siempre solía hacer y ella le devolvió la sonrisa sincera.

-Sirius...-susurró mientras se acercaba lentamente.

-Mi amor -levantó los brazos atrayéndola para después alzarla por los aires mientras depositaba un pequeño beso en su frente.

Remus se removió incómodo y fijó su vista en una de las marcas de la pared dando privacidad a la reunión de los Black.

-¿Cómo te atreves a venir aquí? -le reprochó una vez que la emoción se controló- ¡el lugar está lleno de dementores! Y osaste entrar al castillo, ¡estás loco!

-¡Me alegra verte también! -rió ante la cara enojada de su prima- necesitaba venir, Carina.

-¿Y por qué? Debo preguntar -se cruzó de brazos exigiendo una respuesta, ambos hombres presentes sonrieron levemente recordando los viejos tiempos.

-Tenía que venir -sus ojos oscurecieron por un momento- he visto a esa rata, está aquí. Estoy seguro.

-Es una rata entre millones que hay en Inglaterra, ¿cómo puedes estar seguro?

Harry tiene una hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora