18. Ataque en Privet Drive

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Días de silencio siguieron a aquella terrible discusión, Isabelle se mantenía encerrada en su habitación sin dejar pasar a nadie. Ni siquiera Hermione y Ginny, con la que había comenzado una estrecha relación, podían pasar de la puerta que resguardaba a una pelirroja herida, molesta y triste.

—El único que puede hablar con ella eres tú.

La voz de Hermione resonaba en la cabeza de Harry aún cuando las visitas que formaban parte de la notable Orden del Fénix se hubieran ido de Grimmauld Place y dio varias vueltas dentro de su propia habitación hasta que a entradas horas de la noche se decidió a salir de esta solo para tocar con cuidado la puerta de la joven pelirroja que estaba a dos habitaciones de la suya, en parte para no despertar a nadie y en parte para evitar que el cuadro de la madre de Sirius se pusiera a gritar.

Como era de esperarse, no obtuvo respuesta y estando a punto de irse con la idea de que la huésped de esa habitación se encontraba dormida, escuchó un pequeño sollozo que le hizo estrujar el corazón. Tocó una vez más para después encontrar la voz más suave en su interior.

—Isabelle —dijo con nervios— soy Harry.

Silencio.

Harry entonces pensó que él también formaba parte de la lista negra del silencio de la pobre pelirroja, pero luego escuchó unos pasos descalzos acercarse hasta que la manija de la puerta giró y se dejó ver a una Isabelle con un aspecto deplorable.

—¿Puedo pasar?

Ella no respondió, mas asintió y se hizo de lado para que se integrara a la habitación y cerrara la puerta detrás de ella quedándose en la misma posición. Ambos se vieron, contemplando de esa manera los ojos del otro mientras tenían en mente las palabras que les habían dicho antes a cada uno: "tienes los ojos de tu madre/padre" y los dos utilizaron aquello en ese momento para imaginar que veían a Lily y a James en la vida real.

Isabelle no pudo aguantar más hasta que sus preciosos ojos castaños volvieron a empañarse y en un acto poco pensado avanzó hasta Harry para abrazarlo y continuar liberando sus lágrimas con el rostro apoyado en el pecho del chico, del que ahora sabía era su hermano. Harry por supuesto no supo qué hacer en ese momento, así que levantó los brazos hasta palmearle con lentitud y empatía la espalda haciendo crecer en él tal gusto que terminó rodeando su menudo cuerpo con ellos en un intento vano de consolarla.

Se quedaron en esa postura por un buen rato, rodeados de un silencio cómodo mientras ambos disfrutaban del abrazo sintiendo la familiaridad que en su interior existía, ni siquiera necesitaban conocerse para saber que eran familia, más cercana de lo que alguna vez soñaron. En ese momento Harry era la única persona que Isabelle sentía que tenía y el chico disfrutaba con egoísmo a la única persona que podría comprenderlo a profundidad. Después de unos minutos, ambos se encontraron sentados sobre la alfombra que cubría los pisos apoyando la espalda en la cama de dosel de la pelirroja contemplando la compañía del otro hasta que Harry se animó a hablar.

—¿No crees que estás siendo algo dura con ella?

Era cierto, Harry había visto llorar a Carina un par de veces en los días anteriores y la había sorprendido limpiar sus lágrimas mientras pasaba por la puerta de la habitación de Isabelle sin atreverse a tocar. Incluso había escuchado decirle a Sirius que todo estaba arruinado y que ella nunca le iba a perdonar el no haberle dicho la verdad.

—Se merece algo peor que mi silencio —contestó sin pensar— siempre me habló de honor y verdad, pero con todo esto me ha traicionado.

Harry no supo qué contestar a ello, pues pensaba que ambas partes tenían razón: Isabelle se sentía traicionada por haber permanecido en una mentira durante toda su vida y Carina le había ocultado la verdad por razones de protección tanto físicas como espirituales; Harry en esos momentos pensó en el peligro dentro del que Isabelle se vería si Voldemort se enterara de la existencia de otro miembro de la familia Potter y el miedo creció dentro de él.

Harry tiene una hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora