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Tres semanas después, Chanyeol caminaba desesperado por los pasillos de la escuela. Hacía 10 minutos que el primer receso había comenzado y no encontraba a Kyungsoo por ninguna parte.

—Jongin, hola —saludó Chanyeol.

—Hola, hyung, ¿necesitas algo?

—¿Tienes una idea de dónde está Kyungsoo? Llevo buscándolo desde hace un rato y no lo encuentro.

—¿Kyungsoo hyung? —preguntó extrañado—. Me dijo que iría al baño la última vez que lo vi. Seguro fue a la biblioteca a ayudar a la señora Song a organizar los libros como suele hacer de vez en cuando si está aburrido.

—De acuerdo, gracias —dijo sonriendo levemente y decidió buscar primero en los baños.

Al entrar, verificó que todos los cubículos estuvieran desocupados, pero había uno, el del fondo, que se encontraba cerrado.

—Kyungsoo —tocó la puerta—. Kyungsoo, ¿estás ahí? —preguntó sin obtener respuesta.

Se puso de rodillas, apoyó las manos en el suelo y se asomó por el espacio entre la puerta y el suelo, confirmando que Kyungsoo se encontraba adentro al reconocer las zapatillas nuevas que tanto le había presumido el menor la semana pasada.

—Kyungsoo, sé que estás ahí, ¿puedes abrir la puerta? llevo horas buscándote —nuevamente no obtuvo respuesta—. ¿Por qué no respondes? ¿Estás molesto conmigo?

Al ver que seguía sin contestarle, se metió al cubículo contiguo, se puso pecho tierra y se arrastró hasta entrar al cubículo en el que Kyungsoo de encontraba.
Se levantó sacudiéndose la ropa y su corazón se estrujó al darse cuenta de que Kyungsoo lloraba, y que sus ojos llenos de lágrima le pedían ayuda a gritos. Sin poder soportar la imágen que sus ojos presenciaban, tomó al menor de la nuca y lo atrajo hacia su cuerpo para rodearlo con sus brazos.

—¿Qué sucede, Soo? —preguntó preocupado, acariciando sus cabellos, pero sólo recibió sollozos en respuesta. 

Las pequeñas manos de Kyungsoo envolvían la playera blanca de Chanyeol con fuerza. Su cabeza se encontraba enterrada en el pecho del alto, mientras su cabello era acariciado por el mismo, y sus ojos se encontraban cerrados con fuerza.

—¿Quieres hablar? —preguntó Chanyeol cuando Kyungsoo se separó un poco para limpiar sus lágrimas con los puños de su suéter.

—Mi hyung —dijo con la voz entrecortada, sin mirarlo—. Está muriendo —dijo rompiendo en llanto de nuevo y volvió a enterrar su rostro en el pecho de Chanyeol.

—¿Qué? —preguntó sin comprender.

—Mi hermano tiene cáncer —sollozó—. Está muy avanzado, es tarde para un tratamiento. Mamá me dijo que el doctor que lo atendió dice que no le queda mucho tiempo de vida.

—Por Dios, Kyungsoo, ¿cuánto tiempo llevas guardándote esto? —preguntó preocupado.

—Mucho, mucho tiempo —dijo entre llantos—. Ya no puedo más, ¿cómo lo detengo?

—Lo siento tanto, peque —susurró sin poder decirle algo más y lo abrazó con fuerza—. Salgamos de aquí, vamos a hablar a otro lugar, ¿si? —dijo poniéndose de pie. Tomó ambas mochilas y luego le dió la mano a Kyungsoo para ayudar a que se levantara—. Vamos a saltarnos el resto de las clases.

—No, no pue... —lo interrumpió.

—Escucha. No te encuentras bien y necesitas desahogarte, dejar que todo salga. Aquí no tendremos privacidad y no me voy a quedar de brazos cruzados viendo cómo pretendes que todo está completamente bien cuando sé lo que estás sufriendo. Así que vamos a salir de aquí, vamos a ir a algún parque y vamos a charlar. Es sólo un día, ¿de acuerdo? no te hará daño.

Reading [ CS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora