I'm Fallin' For You- Ross Lynch

Capítulo 21

Una semana después

No había podido dejar de pensar en el rubio, ocupaba mis pensamientos la mayor parte del día.

No salía de mi cabeza las palabras de sus amigos y las de él:

-¡Ya háblale!- gritó un amigo del rubio en tono desesperado hacia Ross.

Mi respiración se comenzó a acelerar y al igual que mi paso.

-¡No puedo!- gritó en frustración el rubio.

Esa escena no paraba de repetirse en mi cabeza. No sabía qué hacer, cómo reaccionar cuando llegue hablarme por primera vez porque voy a dejar que él sea el que me hable. Tal vez suene orgullosa, pero quiero que me entiendan, lo esperé muchos meses, a pesar de que sabía que estaba ella porque algo dentro de mí me decía que no sabía qué hacer.

Me siento tan ansiosa y he de confesar que tengo demasiado miedo de lo que se avecina, de lo que él llegue a pensar de mí, si lo llego a decepcionar o peor aún, si él me llega a decepcionar a mi. Sé que darle vueltas al asunto no es de gran ayuda, pero es inevitable no pensar en eso...

Su voz, era la segunda vez que la escuchaba desde que lo conozco. Me sorprendió el hecho de que sonara tan frustrada ante lo que uno de sus amigos decía que hiciera.
De cierta manera lo entendía, puesto que mis amigas se comportaban conmigo de la misma manera, presionándome para hablarle.

Scarlet, Jenny y Cassandra se encontraban ahora en la biblioteca, teníamos un trabajo en equipo que hacer y ellas decidieron que lo avanzarían mientras yo hablaba con Caleb y Grace para decirles que me quedaría un poco de más tiempo en la universidad.

-¿Le has avisado a nuestros padres?- preguntó Caleb cruzándose de brazos, al igual que Grace.

-Sí, además no me tardaré mucho, twins- ahora fui la que se cruzó de brazos.

-Bien, vendré por ti en una hora- Caleb besó mi cabeza y yo asentí.

Le preocupaba demasiado que me fuera sola.

-Nos vemos, niña- Grace imitó la acción de su mellizo, para después caminar lejos de mi.

Respiré profundo antes de emprender mi camino hacia la biblioteca.

A veces mis hermanos pueden ser demasiado protectores conmigo, aunque he de decir que Caleb lo es un poco más.

Un golpe en mi cara hizo que saliera de mis pensamientos. Más bien, un choque con otra persona para ser más exacta.
Mi cara quedaba frente al pecho de esta persona, que sin duda era un hombre.
No me sentía segura de subir mi mirada a sus ojos por la vergüenza que sentía por ser tan despistada y chocar con él.

-Lo siento, lo siento mucho- fue lo primero que salió de mi boca, aún sin mirar el rostro de la persona con la que me había tropezado.

-No fue nada- esa voz. Su tono era bastante frío, a decir verdad.

¿Qué tanta suerte debo de tener para que me pase esto?

Alcé mi vista encontrándome con esos ojos mieles que se sorprendieron de verme. Al parecer tampoco me había reconocido.
Ambos estábamos estáticos ante la sorpresa de encontrarnos así, tan cerca el uno del otro.