Motivos para vivir.

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No sé qué motivo tenga para vivir,
para levantarme cada mañana y enfrentar la cruel realidad resultado de vivir en un mundo de fantasías.

...

Antes mi motivo era ella.
Solo me levantaba para verle;
me mantenía despierto para pensarle;
me dormía para soñarle.

...

Antes era mi ilusión, mi delirio.
Tan solo escucharla hacía que mi corazón redactara poemas que mi boca no sabía expresar.
Provocaba algo tan imposible y mágico como fijar mi tiempo, y algo tan simple y egoísta como hacerlo suyo.

...

Era mi demonio, sin embargo era la luz de mi oscuridad.
Era mi palabra prohibida y mi deseo más profundo.
Era un río ilusorio corriendo por un desierto, dejando rosas entre la arena como si fuese verídico.

...

Ya hoy no me queda nada,
nada a lo que aferrarme,
porque hoy, ya no está ella.

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