3:34 AM. (Parte 3: Recuerdos)

75 16 1
                                    

Atónito quedé al texto.
Una inexplicable opresión se sintió en cada vena del corazón fragmentado.
Después de casi 1 mes de supuesta inexistencia mía en su mundo,
no imaginaba como las cenizas de recuerdos pretéritos míos en usted, podían estremecer el presente, corriendo el riesgo de tergiversar su futuro perfecto.

...

Permití escucharte vistiendo la excusa barata y explotada por mi autoría de:  “En honor a la promesa que le hice.”
Aunque poniendo la veracidad de mi léxico sobre mi orgullo,
algo que tanto me caracterizaba,
no podía negar que la extrañaba,
Mi señora.

...

Te pregunté sobre el misterio que nos reclamaba la noche.
Despertaba más interés que la identidad de Jack el Destripador o la localización de la Cámara de Ámbar!
¿¡Qué necesitabas de mí a tal hora!?

...

Tú respuesta me dejó anonadado.
Respondiste con la apremiante  necesidad de un oído que te escuchara,
una mente que te aconsejara,
una boca que te hablara las cosas claras,
Como antes yo solo te trataba.

...

Me expresaste que aunque tenías amigas solo conmigo te desahogabas.
Te abrías sin miedo a quedar desnuda ante los peligros inminentes de la sociedad interesada.
Susurrabas el desconocimiento de tu añoranza,
a nuestras charlas ya fallecidas y enterradas en el féretro del tiempo.
No lo entendías ni comprendías,
Y segun tú, ya tenías todo lo que querías.

...

Tu obra de teatro estaba perfectamente acomodada y estructurada.
Tenías todos los personajes del elenco listos y preparados para continuar la puesta en escena:
Un guión bien redactado, sin fallas gramaticales en alguna oración, o errores de coherencia de hechos.
Mentiras perfectamente elaboradas y adornadas al punto de perfección de una dama seductora, sin errores de puntuación o interrogantes innecesarias.
Todo todo maquiavélicamente perfecto.

...

La conversación fluía como agua entre la arena,
reseca.
Te desenvolvías, mientras escribías párrafos vacíos y débiles, lleno de verbos maquillados y disímiles memorias de nuestro calendario.
Yo respondía oraciones punzantes y cortas,
tan finas como filosas, una katana literaria.
Lo más escueta posibles, sin mucha emoción impregnada como alguna vez lo hacía con usted.

...

Tal sorprendida estabas de aquellas réplicas que preguntaste si el alcohol me hacía hablar o alguien más era quien estaba escribiendo.
Señalabas que no eran comunes aquellas contestaciones en nuestras charlas.
Algo había cambiado, que algo me había transformado.
Que las cosas no eran como las recordabas.

Comentario del autor:

Hola a todos mis queridos lectores, me disculpo por no actualizar hace un tiempito,pero es que estoy con los exámenes finales y aunque ya tenía hecho un adelanto, todavía no podía publicar, espero como siempre que  disfruten el minirelato y esperen la última parte que ya está en camino...Muchas gracias

Motivos de Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora