JoJo's Bizarre Adventure: Forced Destination

Capítulo 11: El Infortunio Humano Parte 1

LIVERPOOL - INGLATERRA

—¡Oiga! ¡Señor! ¿¡Esta seguro de querer mandarlo a ÉL!?

—Es el único que puede ganar.

—¡Pero señor! ¡Ya hemos contratado a la Mafia Rusa! ¡Y aqui disponemos de muy pocos usuarios de Stand! ¡Debemos reservar nuestras fuerzas! ¡Además de que ÉL es uno de los más hábiles usuarios que tenemos!

—Precisamente porque es de los mejores usuarios que tenemos es que lo mandé, relajate, si acaba con esto ya no será necesario preocuparnos de algo.

—¿¡Pero y si pierde!? ¡Sería una gran baja! ¡Debe dejarle esto a los rusos!

—No perderá, solo se me ocurren 3 formas de vencerlo... y una de ellas solo la puedo realizar yo.

—Pe-pero señor...

—Silencio.

Y la habitación calló.

NÁPOLES - INGLATERRA

POV. JOELLE

Volvimos a Nápoles Central, conseguimos contactar a Passione gracias a la buena memoria de Venice que recordó todo el camino.

Ha pasado 1 dia entero desde nuestra batalla contra el Monster de Mark F. y seguimos esperando a que Notte despierte, consiguió librarse del peor de los casos pero eso no quita que este realmente grave.

—¿Quieren pasar a ver al señor Giovanna?

—¿Se-señor Giovanna?

—Notte Giovanna.

—Aaaah.

Estaba algo nervioso, además de que no recordaba bien el apellido de Notte.

—¿También vas? ¿Venice?

—Si, ahora voy.

Venice se habia entretenido hablando con una chica italiana, no tengo ni la menor idea de lo que estén hablando, deben ser cosas de mujeres.

—Iré yo.

—Está bien.

Le asentí al hombre de tes morena, creo que es el mismo que nos dió el auto.

Lo comencé a seguir hasta una habitación muy lujosa, no sé porque me sorprendí de esto si estamos en una base de la Mafia Italiana.

Una vez pusé mi mirada en Notte pude notar que estaba vendado por todos lados, completamente normal después de haber recibido de frente una explosión.

—En cuanto se despierte podrá curar por completo sus heridas al usar su Stand.

—¿Es así de sencillo?

—He oído que duele como ninguna otra cosa, pero es funcional.

—Ya veo.

—¿No desea algún aperitivo?

—¿Eh? No, gracias.

—Está bien, lo dejo.

—Si.

Todos aqui son muy amables... saber que son gánsteres me pone nervioso.

—Hola Americano Cobarde.