JoJo's Bizarre Adventure: Forced Destination

Capítulo 34: Why & Forever Parte 4

Esta historia empieza 11 años atrás, casi 12. En un pequeño municipio italiano, bonito, bello, precioso y tranquilo, un buen lugar sin duda: Casalnuovo di Napoli.

Entre toda la gente que habitaba ese lugar entonces, había una niña de unos 6 años, tal vez más, que día con día se esforzaba mucho por ayudar a los demás y hacer amigos. Su rasgo más destacable definitivamente era la radiante sonrisa que siempre llevaba en el rostro.

Esta niña es Venice Alniño.

La enana corría sin detenerse un segundo, esta práctica resulta inútil, y hasta un desperdicio de energía, pues iba y volvía para no alejarse de su padre, quien iba caminando a su ritmo. Se dirigían hacia la escuela para comenzar el nuevo curso.

—Relájate, Venice.

—¡No!

Señaló a su padre inclinándose un poco, este suspiró y rodó los ojos, entonces siguió caminando, resignándose.

—El abuelo, que casi nunca habla, me pidió que cuidara de los demás, ¡y eso haré!

—No necesitas correr de un lado a otro para hacerlo. Además, también te pidió que te cuidaras a ti misma.

—¡Eso siempre lo hago!

—¿También cuando intentaste replicar el vuelo de Icaro?

—Ese día confirmé que no quería ser ingeniera, ¿no es eso cuidarme y pensar en mi futuro, pá?

La mirada juguetona de su hija le impidió al hombre llevarle la contraria, ¡terrible trampa!

Doblando esquinas por ahí y por allá, llegaron al lugar. Venice corrió entusiasmada a la entrada para observar la institución en la que pasaría una pequeña, pero gran parte, de su vida: un par de edificios bastante grandes y bien cuidados, un montón de alumnos de distintas edades que a simple vista se ven agradables. La primera impresión es importante, y este lugar de educación parecía tener buenas instalaciones.

—¡Me voy!

—¡Haz muchos amigos!

—¡Hecho!

La pequeña se despidió de su padre para adentrarse felizmente al lugar. Junto a ella, una entidad invisible para los ojos ordinarios de la sociedad, el ser que vuelve tan especial a esta niña además de su gran sonrisa, un Psycho Killer mucho más joven que el que conocemos.

Venice moría de ganas por hablarle a cada persona que se topaba por los pasillos del lugar. Pero la niña quería empezar desde el inicio, en su salón de clases, ahí podría acercarse con mayor facilidad a quien quisiera.

Es más fácil acercarse a alguien con quien tienes algo en común que a un completo desconocido, en este caso, una generación que pasaría una gran cantidad de tiempo junta. Una buena base, ciertamente.

Aunque no todos quieren aprovechar eso.

En cuanto llegó al salón, Venice destacó bastante, como el destello de un rayo: algunos se apasionaron, otros se asustaron y los últimos se molestaron.

Pero la hora de la verdad llegó durante las presentaciones, y lo que vendría después de estas:

—Me llamo Venice Alniño. Mi papá y mi mamá dicen que soy impredecible e inquieta, yo siempre digo que es mentira. ¡La cosa es que quiero hacerme amiga de cada uno de los aquí presentes, incluida la profesora!

Hizo a su Stand posar para verse genial, aunque para ese momento ella aún no sabía que es la única que puede verlo. Pensó que había funcionado al ver tantas reacciones diferentes, incluso las que pensaron que ella era rara; sabía desde antes que aquello no sería sencillo.