Narra Juliana
Cinco malditos y largos meses habían pasado desde la última vez que ví a Valentina. En todo este tiempo no he sabido nada de ella y con la única que sigo manteniendo contacto es con Camila.
A intentado algunas veces hacer que vuelva hablar con ella pero siempre me negaba. Estos dos meses me ayudaron demasiado para pensar mejor en mi misma.
Me había salido del negocio del Chino y solo quedó mi hermano, al principio me sentí una basura por dejarlo solo con esto pero me hizo saber que era lo mejor para mí. No fue fácil salirme, Chino se negaba a que dejara el narcotráfico pero ya había tomado mi decisión. Ahora estoy con Alacrán, ayudándolo a buscar al hijo de puta de Catrín para que él pueda vengarse por la muerte de Eva.
- ¿Alguna noticia nueva? -pregunto Alacrán.
- No señor, no hemos encontrado nada de él.
- ¡Mierda! Ese tal Catrín es una maldita rata escurridiza -en su rostro no se reflejaba nada más que molestia- sigan buscando, algo tiene que haber que nos diga dónde está es perra.
- Si señor -el hombre se fue dejándonos solos.
- ¿Cómo mierda es que llevamos bastante tiempo buscándolo y no sepamos nada de él? Parece que se lo trago la puta tierra.
- Dímelo a mi. Cuando estaba en México intenté buscar todo tipo de información sobre él pero no había casi nada, lo único que llegue a encontrar fue lo que ya sabemos -me lleve mi cigarro a los labios para darle una calada- trabaja en el tráfico de órganos, prostitución y trata de personas, tuvo una alianza con León Carvajal pero Catrín termino traicionandolo desatando una guerra entre ellos -tome un trago de Whisky.
- Algo más tiene que haber aparte de eso. Tal vez necesitamos ir más al fondo.
- ¿A qué te refieres con eso? -pregunto levantando una ceja sin entender sus palabras.
- En San Antonio nunca vamos a poder encontrarlo, lo mejor será ir a México y que tú vengas conmigo.
- ¿Estás de broma verdad? -pregunto incrédula- no puedo ir a México y sabes la razón del porque.
- Se perfectamente porque no quieres ir; pero nadie más que tú es perfecta para acompañarme, conoces México y sé que hiciste muchos contactos allá con gente que nos puede ayudar.
- Estás demente si crees que voy aceptar ir contigo a México, Alacrán.
- Deja de actuar como una mocosa, Juliana y mejor actúa como una adulta. No vamos a ir a ver a tu noviecita, vamos por un trabajo.
- No es mi novia, imbécil -dije entre dientes- no quiero ir, me importa muy poco si actuó como niña, no es no y es mi última palabra.
- No es una sugerencia, es una orden. Te recuerdo que ahora indirectamente trabajas para mí y lo que yo digo se hace porque el que manda aquí soy yo -lo mire muy enojada- ni con esa cara harás que cambie de opinión.
- Vete a la mierda, Alacrán -él sonrió. Quería decir algo pero el sonido de la puerta y está siendo abierta lo interrumpió.
- Patrón, ya tenemos toda la mercancía lista -uno de los hombres de Alacrán asomó medio cuerpo.
- Perfecto, preparen todo para enviarla hoy mismo, ahorita bajo para ver que todo esté perfecto -se fue sin decir más- luego hablaremos de esto, tomate el día libre si quieres, no te necesitaré por aquí hoy -salio dejándome sola.
Al menos tengo el día libre -pensé- ¿Qué se supone que deba hacer?
Termine de beber mi trago y apagué el cigarrillo que tenía entre mis dedos. De pronto una idea se cruzó por mi mente.