Narrador misterioso.
En algún lugar de la ciudad de México.
¡¿Cómo mierda pasó?! -grité con furia a los hombres que tenía enfrente de mi, claramente se notaba mi enojo.
-Esa chica, la tal Juliana lo mató, vimos como los hombres de Carvajal se llevaban el cuerpo a algún lado -dijo uno de mis incompetentes hombres.
- Juliana, Juliana, Juliana -dije con enfado- ¿algo tan sencillo como matar a la hija de León no puedan hacer inútiles? -estaba rojo de coraje- perdí a uno de mis mejores hombres y todo gracias ¡a una niña de 21 años!
Todo quedó en total silencio, nadie decía nada por temor, claramente sabían que si decían una sola palabra los mataba a todos.
- Señor estamos hablando de la hija de León Carvajal, uno de los hombres más poderoso del país, pudo a ver sido un riesgo para todos nosotros si intentábamos algo, en esa casa también estaban los hermanos Valdés, hijos del Chino Valdés, la familia más poderosa en todo Estados Unidos -apreté mis puños intentado controlar toda mi rabia- y también le recuerdo que con ellos se encontraba Lauren Jauregui, la hija Michael Jauregui, el asesinos más buscado en todo Estado Unidos y en México.
Esa fue la gota que derramo el vaso, saque el arma que tenia escondida entre mi pantalón y mi saco y le di 3 tiros en el pecho.
- ¡Todos fuera de aquí inútiles y llevense el cuerpo! -les grito y rápidamente se encargan de dejar el cuarto mientras otros se encargan de llevarse el cuerpo. Solo quedo una persona.
- Toma -me extiende un vaso de Wiskye- para que te relajes.
Tomo el vaso y bebo todo de un solo trago.
- Quiero que mates a Juliana, a su hermano y a su amiguita -le dije a mi socio- acabalos, destruyelos -me puse cara a cara con el- mejor mata solo a su hermano y a la hija de Jauregui, dale donde más le duele y deja a Juliana viva que de ella me encargo yo.
- Ten por seguro que lo haré -me sonríe sinicamente- y te traeré a esa niña viva...te doy mi palabra.
Sonrió, prepárate Juliana, nunca debiste aceptar el trato con León, te metiste en donde no tenias que hacerlo y ahora pagaras por eso, no me vas a detener, te daré donde más te duele.
Tu familia.
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Narra Juliana.
- Juli, tenemos un cargamento de droga para mandar a Colombia mañana mismo -dice mi hermano revisando su celular.
- Ok, mañana mismo vamos -dije sin importancia.
- Quiero probar algunas armas de la bodega, ¿vamos? -me dice entusiasmado.
- ¿Acaso tienes 12 años? -lo miro- no puedes jugar con las armas como si fueran un juguete y tú un niño Travis.
- ¡Uy que amargada!.
- Siempre es así -dice Lauren llegando a donde estábamos nosotros hablando- ya deberías estar acostumbrado Trav, vives con ella -dice Lau con gracia.
- Uf si -suspira- ¿Sabes que te hace falta Juli? -me mira con una sonrisa cómplice.
- ¿Qué cosa? -alzó una ceja mirándolo.
- Una buena noche de sexo -mueve sus cejas de arriba y abajo.
Lauren explotó a carcajadas al escucharlo decir tal estupidez mientras yo miraba a mi hermano con cara de pocos amigos.