Narra Valentina
Ciudad de México 7:30 p.m.
Me encontraba acostada en mi cama viendo el techo que por alguna razón hoy parecía ser muy interesante, había sido un día realmente aburrido, todo era tranquilo y algo estresante.
No había trabajado hoy, como dije todo era muy tranquilo así que fuí a el pequeño bar que había en casa, me serví un poco de mezcal, me tomé varios vasos con la esperanza de poder quedarme dormida, volví a la cama y ya solo esperaba que el alcohol hiciera su efecto con la intención de relajarme hasta quedarme dormida.
Para que me puedan entender mejor, les contaré mi historia desde el inicio hasta ahora.~~~~~~~~~~~~~
Mi nombre es Valentina Carvajal, tengo tan solo 22 años, mi padre es "León Carvajal" el sicario más famoso de México, y mi madre Lucía de Carvajal, soy la única hija, si, lo sé, soy la consentida de papá, aún así sigo el negocio junto a mi padre.
Siempre tuve una vida llena de lujos, estiraba la mano y solo me daban todo lo que quería, contaré cómo empezó todo, mi padre heredó ese negocio cuando mi abuelo murió, para mí padre nunca fue difícil dirigir todo, ya que él toda su vida esperó por el momento de tomar el puesto como "el patrón" de "Los Carvajal", toda su vida se preparó, solo se dedicó a esto durante parte de su infancia y juventud. A mi madre la conoció desde pequeña, mi padre es más grande que mi madre por 10 años de diferencia, aunque como dicen "En el amor no hay edades", ellos dos siempre se amaron, aunque ella siempre supo a que se dedicaba mi padre, ella sabía los riesgos que corría pero era más el amor que sentía por mi padre, que el miedo de que algo malo pasará,cuando mi madre tenía los 15 años se dijeron todo su amor y se hicieron novios, después de años de noviazgo, decidieron casarse cuando mi mamá cumplió los 25 años de edad, no pasó mucho tiempo para que mi madre quedará embarazada, de ahí nace su única hija (o sea yo).
Una vida llena de lujos provocó que mi madre siempre asistierá a esas famosas reuniones con sus "amigas" y mi padre, era el que más convivía conmigo, aunque por sus negocios yo no podía disfrutar de la compañía de él, era difícil, pero lo entendía perfectamente, a pesar de todo nunca tuve complicaciones, bueno se deben preguntar ¿por qué si tenía todo a mis manos decidí unirme a los negocios de mi padre?
La respuesta es fácil, tenerlo todo era aburrido, quería hacer cosas diferentes, y también quería sentir esa adrenalina al trabajar en esto, era como un gusto culposo, así que un día solo decidí proponerle a mi padre sobre seguir con él el negocio, obviamente puso el grito en el cielo cuando se lo propuse pero como siempre acepta a mis peticiones, no tuvo otra más que decir que sí. Se me olvidó decirlo, mi padre es un tanto sobreprotector cuando se trata de su única hija.
Al principio fue difícil aprender todo sobre el negocio, pero ya en el pasado había tomado clases de defensa, y el mejor maestro me enseñó sobre las armas, cómo usarlas, y todo aquello. Aún recuerdo la primer tarea que me dejaron, yo tenía los 20 años, me habían encargado deshacerme de un hombre que quisó infiltrarse, no tengo cargos de conciencia, solo hice lo que me pidieron, recuerdo como aquel hombre me suplicaba que lo dejará ir, y juraba que nunca volvería aparecer que se iría sin decir nada, por más que suplicaba yo no sentía compasión, sin ningún remordimiento lo maté, lo sé no ha pasado mucho desde que me uní pero aún así soy importante en el negocio y respetada por muchos.
Las personas creían que yo era débil, era un punto a mi favor, porque era todo lo contrario a débil, como dicen "No juzgues a un libro por su portada", soy peligrosa en el negocio, y así es como hoy me encuentro aquí, metida en estos asuntos y descansando de un día que pareció simple.
~~~~~~~~~~~Ciudad de México 9:15 p.m.
Al parecer el alcohol estaba haciendo efecto, me sentía menos tensa, recordar toda mi vida con ayuda del alcohol ya estaba apunto de quedarme dormida, cuando suena el celular, ¿A quién se le ocurre llamarme estando a punto de dormir?, revisé de quién era la llamada y para mí sorpresa era Sergio, mi mejor amigo, una sonrisa se sale de mis labios y sin más contesto la llamada.