Parte 6

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Después de la sesión de fotos, fuimos a comer algo. Llegada la tarde decidí volver a casa de mis padres, el matrimonio era a escondidas, más tarde les presentaría a Alex y les diré que me quiero casar con él y que será todo como ellos quieran y no pondrán ninguna pega, creo. Llego a casa y me preguntan que de donde vengo tan tarde y les digo que de casa de Reihab con quien fui a comer después por ahí, una amiga que también estaba conmigo en la boda.

Pasaron los días y las semanas, y mi relación con mi esposo era perfecta, pero todo se nos complicó de un día para otro. El famoso 12 de abril donde se dió una alerta roja para que todos los musulmanes se pusieran a salvo. Todas las teles gritaban que nuestras vidas estaban en peligro, se había desatado la purga islamófoba, un juego que por cuanto más daño le hagas a un musulmán más puntos ganabas. Alex como musulmán pasaba por desapercibido, pero yo no. Me secuestraron en la entrada de la facultad junto a Reihab ya que vinimos juntas en mi coche. 

Nos ataron de pies y manos, rompieron nuestros teléfonos y nos metieron en una furgoneta blanca. Estábamos muy asustadas, los secuestradores eran aficionados a los videojuegos, los típicos frickis de las películas, pero para la desgracia de mi amiga y mía, estábamos en un juego para ellos. Nos grababan mientras a mi amiga que no usa velo la pegaban puñetazos en la cara y gritaban ¡+50 puntos!, a mí me arrancaron el velo y me tiraron del velo mientras decían ¡con ésta tenemos los 500 puntos ya!, a mí amiga la quemaron la mano con un cigarrillo mientras estallaban en carcajadas con nuestros gritos. El conductor se distrajo con nosotras y dejó de mirar a la carretera por lo que chocó con un árbol. Sus amigos salieron de la camioneta dejando las puertas abiertas pensando que al estar atadas no arriamos nada para verle, el golpe nos había causado daños y heridas a todos. A mí me sangraba la frente y a Reihab el brazo por el golpe. Cogimos el cigarrillo todavía encendido y quemó la cuerda que me tenía atadas las manos, me desaté de pies y manos, y la desaté a ella. Vi un móvil en el suelo, lo cogí y salimos corriendo cogidas de las manos sin mirar atrás como si no hubiera mañana. 

Cuando me aseguré de haberlos perdido de vista llamé a Alex quien se pensaba que estaba en casa y entró en pánico cuando le dije dónde estaba, me dijo que me escondiera bien y que traería refuerzos a por nosotras. Eso hicimos, nos quedamos quietas hasta que vimos a los frickis buscándonos con desesperación, intentamos no hacer ruido y quedarnos quietas pero alguien nos agarró a ambas por detrás del pelo y nos arrastraba por el suelo hasta estar a la vista de los frickis de antes quienes no se lo pensaron dos veces al salir corriendo a ayudarle. 

Estaba muerta, yo lo veía

Siglo XXIWhere stories live. Discover now