Parte 12

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Hayat

Según los médicos, ésta semana debería nacer mi pequeño. estoy muy impaciente, a la vez que muy atenta a cada sensación que me llegue. Estamos a miércoles 12 de febrero, y en cualquier momento puedo romper aguas por lo que Alex está muy pendiente de mí, al igual que su madre y la mía. Pasado mañana es San Valentín y no he conseguido escaquearme en ningún momento para poder prepararle algo. Pero sí que he preparado algunas cosas para mi Alí y su padre. 

¿Recordáis que le tenía que contar algo a Alex? Pues veréis.. Por todo lo que he pasado durante el embarazo, cabe la posibilidad de que haya problemas en el parto. Hay un 70% de posibilidades de que uno de nosotros dos, es decir, Alí o yo, no salga vivo del hospital tras el parto. Ya he firmado un contrato que dice, que si da el caso de la dificultad en el parto, que se centren en salvar a mi bebé, yo ya he cumplido con lo que tenía que hacer. Lo siento muchísimo por Alex, pero éste bebé hará que todas sus penas por mí las pase rápido, y a decir verdad, estoy muy asustada, no me quiero ir, de verdad que quiero vivir junto a mi esposo y mi pequeño, pero si alguien tiene que irse, desde luego me niego a que sea Alí. Soy consciente de que es una decisión muy egoísta al no tratarla con Alex y encontrar una solución juntos, pero es que se le ve tan feliz que no soy capaz de quitarle esa sonrisa.. He estado comunicándome con madres en mi misma situación y qué decir, ese pequeño 30% de suerte con bastantes a jugado a favor. Todo depende del bebé y de cómo lo complique. Así que solo pienso en que llegue San Valentín y poder pasarlo con mi esposo, quién sabe, a lo mejor es mi último a su lado.

El pensamiento se me corta por un pequeño dolor que me hace coger una postura de alerta. Oigo a Alex desde la cocina preguntarme qué me apetece para merendar, pero no le contesto. Siento otro corto dolor pero más fuerte que me produce un grito instantáneo y que mi postura se encoja. Alex viene corriendo y al verme en esa situación se bloquea, nos miramos por unos segundos y de repente grito más fuerte y de seguido, mi pantalón se entorna de un color más oscuro, al principio dimos por sentado que estaba rompiendo aguas así que Alex fue corriendo a preparar el coche, cuando me fijo en que ahora la humedad se a tornado de un color rojizo, estaba sangrando así que me entró el pánico porque en ningún lado leí que tras romper aguas tan rápido podía sangrar. Intenté moverme pero otro dolor más intenso que los anteriores me inmovilizó, el grito ésta vez asustó a Alex que al llegar y verme así lo único que le podía decir era que llamara a una ambulancia. Esta vez fue más rápido y en unos 5 minutos ya estaba la ambulancia en nuestro portal.

Me preguntaron los hombres de la ambulancia que si se trataba de algún posible parto difícil y Alex respondió por mí que no, pero le corregí y al decir que sí mi esposo casi se le salen los ojos de órbita . Me trasladaron rápidamente al hospital y de ahí a la sala de partos. Vino el médico y me hizo una revisión rápida y sus palabras fueron:

-Nos encontramos ante el caso de sufrimiento fetal, situación que se da cuanto hay un descenso o interrupción del flujo de oxígeno por complicaciones en el parto del tipo prolapso de cordón (cuando aparece el cuello uterino antes que el bebé, problemas en la placenta, presencia de meconio en el líquido amniótico, etc), y nos encontramos en concreto con que la posición del feto no es la adecuada, se a inclinado y eso nos puede dar muchos problemas, si lo vemos necesario recurriremos a una cesárea- Termina llamando a dos enfermeras y diciéndoles algo.

-¿Y los otros problemas a los que me expongo desde hace meses?- Digo agarrando fuerte la mano de mi esposo que me mira sin saber qué decir.

-No se preocupe, está todo bien, tanto su vida como la de su hijo están a salvo, la única dificultad a la que nos enfrentamos es a la incorrecta posición del feto.

Sus palabras me hacen respirar más tranquila y noto que Alex también lo está, pero también noto que después de todo ésto me espera una buena bronca. 

Siglo XXIWhere stories live. Discover now