Desde el corazón

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―¡Toma más impulso, Sora! ―May esquivó una de las pelotas y brincó en el aire alcanzando una soga realizando un giro espectacular.

El ángel de Kaleido siguió la orden e hizo un doble lutz y una pelota le cayó en la cara, otra persona hubiese perdido la hilación del acto, pero Sora ignoró el dolor y continuó con la rutina.

―¡Lo siento!

La práctica de danza junto a May y León siguió después. Las pelotas no estaban resultando y ya no podían cambiar la escena. Hasta que Mariom pasó por el lugar junto a Jonathan. La niña lanzaba burbujas que la foca hacía explotar con su nariz.

―¡Ya lo tengo! ―Sora detuvo una pelota muy determinada y señaló al pequeño duo.

May suspiró asintiendo con la cabeza―. No está mal Sora, ya era hora de que hicieras un buen aporte.

El resto solo negó con la cabeza. May siempre sería May.

―¡Empecemos de nuevo!

♪§♪

Sora caminaba satisfecha por el nuevo cambio en la escena de la danza en el infierno. Tenía el cuerpo adolorido por los golpes de las pelotas y las caídas―. Será mejor volver rápido.

Nada que una ducha caliente no calmara.

―Mira, es igual a su madre ―cuchicheaban un par de trapecistas rusas mientras observaban un mural de fotos y trofeos.

El ángel de Kaleido no pudo evitar acercarse a curiosear. Notó que eran fotos de eventos anteriores, había una serie de tres cuadros que mostraban a todos los competidores del festival Fantasía.

―¿Nani? ―Una albina de ojos grises, tímidos como los de un cordero, le devolvían la mirada. 

―Naegino, mira ―señaló una de las trapecistas―, ella hubiera sido tu futura suegra.

―¿Qué tonterías dices Nicol? ―la cortó su amiga―. Naegino, disculpa a Nicol a veces no sé a dónde se van sus neuronas.

―¡Oye!

Sora parpadeó sin entender mucho, pero su parecido era... 

―No es necesario que indagues en mi pasado, Sora ―Álvaro se detuvo a su lado, observando con ojo clínico aquella fotografía. Un hombre alto sonreía junto a aquel triste ángel―. Nunca lograron ninguno de sus sueños.

―¡Álvaro, se parecen tanto!

―Álvaro...

El ruso negó con la cabeza―. ¿Terminaste tu práctica? ―el cambio de tema le dijo a Sora que aquellas fotografías tocaban algo más que un recuerdo, por lo que decidió no hacer preguntas. Las otras chicas sonrieron ruborizadas captando otra idea, por lo que escaparon para darles privacidad.

―Sí, mañana haremos un ensayo general final ―le recordó―, será la primera vez que tocaré el trapecio, después de varias semanas.

El ruso la observó con aquella mirada de borrego que ella había notado en la fotografía―. Sora, sobre lo de ayer...

Sora negó con la cabeza―. No es necesario Álvaro, han sido muchas cosas. Solo tenemos que enfocarnos en la obra y luego... ―negó con la cabeza―. Hoy nos darán la fecha de lanzamiento, solo enfoquémonos en la obra ―dicho esto empezó a caminar hacia el cafetín. 

El ángel no quería tocar sus planes futuros con Álvaro, no cuando ya tenía demasiadas cicatrices y solo esperaba poder recuperar sus alas.

Miedo. Confusión. Dolor

Kaleido Star: Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora