Entrevista fantástica

126 7 7
                                    


—Todo estará bien Sora —La voz de León atrajo su atención—, podemos hacerlo.

—Sí, porque estoy yo —agregó Álvaro desde su posición.

El vientre de Sora se revolvió, ella sabía que no había sido mala idea ver esa obra. Y Álvaro había reaccionado la primera vez que ella cayó, no, que fue lanzada al vacío. Por lo que, con León más centrado en la obra, no tenía nada de qué preocuparse.

Sora no pudo evitar clavar sobre León una mirada cargada de angustia.

—Estamos más preparados ahora —Fue la respuesta del ex dios de la muerte.

—¿De qué demonios hablas? —Fue la réplica del ruso—, solo te quedarás viendo pensando en las facturas y las entrevistas que podrían salvar o arruinar tu carrera.

May le enterró un algodón de azúcar en la cara, Álvaro le impedía salir al estar en medio del camino.

—Hasta en los bastidores deben estar escuchándote, señor perfecto.

Entre risas, Sora se juntó con las chicas y salieron aprovechando la conmoción.

—May Wong, —Álvaro se arrancó una buena porción de telaraña rosa de la cara—, ya rogarás por mí.

May le devolvió el dedo corazón.

—Eso también lo tendrás.

Los jadeos colectivos no se hicieron esperar.

León se aclaró la garganta y emprendió la salida, tenía mucho qué conversar con los técnicos para tener contingencias en caso de que algo ocurriera. La respuesta rápida de los Marusic había sido estelar y le amplió el panorama.

~§~

En la zona de entrevistas, los protagonistas de la última obra respondían a las pocas preguntas que llegaban a aceptar. Estaban rodeados de un cordón y varios guardias del circo.

—¿Slaven Marusic, es verdad que fue un grave error de cálculo? ¿Qué pasará con el trapecista y los técnicos involucrados? ¿La cuerda no debería haber llegado antes?

—¿Cómo fue eso posible? Se sabe que tu padre es la mente maestra de las obras. 

—Acaban de mancillar su récord de obras sin errores. ¿Eso no será una gran mancha en su carrera?

—¿Es el principio del fin de su carrera?

Slaven frunció el ceño ante las preguntas que no dejaban de llover, miró a su padre en rol de jefe que lo fulminaba con la mirada, era ahora cuando debía responder y entretener a la prensa para que el circo creara interacciones en redes o algo así. Su hermana parecía estar pensando en métodos de tortura para el idiota que usó un aro forrado con cartón, no parecía escuchar las preguntas de los reporteros. 

Su hermana pudo haber muerto.

Él apretó el puño con furia contenida, sabía que habían varios implicados y las cabezas rodarían. No sería algo público, porque eso se lo iba a cobrar con creces.

—¿Qué pasará con su carrera si pierden el certamen? Esa falla les restará puntos importantes...

Salven detuvo a todos con una gran mano, para ser acróbata, tenía manos grandes y una estatura de un metro setenta y cinco. Su contextura era atlética, de cabellos rubio cenizo, ahora tinturados de manera provisional con rojo y naranja; sus ojos celestes que casi parecían un trozo de cielo.

Era el soltero más codiciado.

—Siempre hay una primera vez —gruñó serio—. No somos dioses. 

Kaleido Star: Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora