"Esto lo cambia todo"

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Después de las fiestas decembrinas, Alek y Andina habían decidido pasar unos días en Arendelle antes de que las clases comenzarán de nuevo.
Alek y Carlos siempre estaban al pendiente el uno del otro, al igual que Andina y Jay, así que Anna decidió invitar a los VK's al reino de Arendelle en unos cuantos días más, esto no le encantaba a Elsa, no le desagradan los chicos ni mucho menos pero aún tenía ese pesar y preocupación por el hechizo que había puesto en su hija y por supuesto el desastre que se puede causar si este no surte efecto.

PV Alek

Estar de vuelta en casa se sentía... Extraño, recordaba las pesadillas que solía tener y la desagradable sensación que me producía estar aquí yo sola... Sin embargo, trataba de pensar que ahora todo era diferente, pude volver a Auradon, ver de nuevo a Ben y Andina, también conocí a los chicos de la Isla y a la persona que más quiero... Carlos.
Andina y yo paseabamos por los corredores del castillo, llegamos hasta el balcón para apreciar la hermosa vista que el reino nos ofrecía, Arendelle es un lugar impresionante, es mi hogar, pero su belleza aún me parece abrumadora, en un buen sentido, claro.
- Alek, no estás emocionada? Los chicos vienen la próxima semana a conocer Arendelle!- exclamó Andina dando pequeños saltos de gusto.
- Por supuesto que me emociona, creo que va a ser muy divertido- dije sonriendo, saludando a los lugareños que de vez en cuando nos dedicaban una reverencia y una sonrisa desde abajo.
- Me alegra que mamá los invitara a venir, además hace tiempo que Ben no nos visita aquí- añadió Andina.
- Lo sé, será grato para todos, además la presencia de la realeza de otros reinos en el nuestro siempre trae prosperidad- dije sonriendole.
- Oh vamos... A tí lo que te pone feliz es que Carlos estará aquí...- dijo guiñándome un ojo.
Su comentario me hizo sonrojar mientras ella solo se reía.
- Alek, comenzaré con los preparativos para recibir a nuestros amigos- dijo emocionada.
- Andi, falta una semana prácticamente, no seas impaciente- respondí riendo un poco ante su desesperación por iniciar todo.
- Lo sé! Pero hay que preparar itinerarios, menúes y todo lo que les mostraremos! Así qué te veré más tarde- dijo Andina retirándose rápidamente.
Sin duda, esa niña no tenía remedio.
- Disculpe... Princesa Aleksandra- dijo una de las servidumbres detrás de mí.
- Sí? Qué ocurre?- pregunté mirándola.
- Tiene una visita- dijo ella.
- Una visita? No esperamos a nadie el día de hoy...- dije tratando de recordar si había olvidado algún compromiso.
- Lo sé, no había nada en sus deberes de hoy, pero se trata de la princesa Audrey Rose- respondió.
- Audrey?... Ah... Bien, por favor llévala al salón del té y... Ofrecele lo que pida, bajaré en un momento- respondí algo dudosa.
- Claro, enseguida princesa- dijo retirándose.
Audrey... En Arendelle? Qué rayos estará haciendo aquí? Su visita me tenía muy inquieta, como princesa, claro que tiene derecho a visitar mi reino, pero yo no le agrado... Así que no tiene sentido, cierto?.
Bajé hasta el salón del té, aún con mi cabeza haciendo conclusiones y suposiciones, cuando llegue al salón, Audrey estaba sentada tranquilamente, esperando.
Di un largo suspiro y entré en el salón.
- Alek, al fin llegas, me tienes esperando...- dijo ella sonriendo.
- Lamento la tardanza... Qué haces aquí?- pregunté, sentándome.
- Bueno, mis padres querían de ese delicioso chocolate que tú reino produce, así que aprovechamos para visitarlos y quise venir a verte- dijo tomando un poco de su té.
- Bueno... Te doy la bienvenida a Arendelle...- dije haciendo una leve reverencia con mi cabeza.
- Hace rato pude ser testigo de las cosas hermosas que hace Elsa con su magia, es una lastima que tú no seas capaz de dominar tu poder...- mencionó, pude sentir el veneno en esa oración.
- Qué es lo que quieres Audrey...- dije suspirando.
- No he sido muy buena contigo Alek, así que vine a tratar de hacer algo lindo por ti- dijo sonriente.
- Hacer algo por mi?- pregunté.
- Sí, vine a decirte un pequeño secreto que creo que te interesa...- dijo recargandose cómodamente en su silla.
- Habla claro, por favor- dije ya algo exasperada.
- Bueno, haz sentido cosas extrañas cierto?, Lo he notado, todos lo han hecho... Incluso la Hada Madrina... Pero eso no es una coincidencia, ni algo que hayas heredado de tus padres, todo comenzó a partir de qué te enamoraste de Carlos y abriste tu corazón a los demás y se debe a que... tú madre te hechizó cuando eras solo una bebé, esto lo hizo para que tú no pudieras amar a nadie...- dijo mirándome.
Cómo se atreve a soltar algo así de repente? Sin aviso, como una puñalada llena de malas intenciones.
- Audrey... Se que no te agrado y... Es mutuo, pero... Calumniar a mi madre? Eso es bajo, te pido por favor que te retractes de lo que dijiste...- dije molesta.
- No me retractare, es la verdad... Pero si no me quieres créer es tu problema, yo solo intento ser buena contigo querida...- dijo Audrey en un falso tono de tristeza.
- Audrey, tu no quieres ser buena conmigo, todo lo que haz hecho desde que nos conocemos es hacerme daño y ya fue suficiente!- me levanté golpeando la mesa con ambas manos, me sentía extremadamente enojada, meterse conmigo era una cosa, pero tratar de poner una mala imagen de mi madre era una muy diferente.
- Calmate, quieres?...- dijo ella.
- Mejor vete Audrey...- dije dando un largo suspiro.
- Claro, me iré... Qué lastima que no escuches lo que te digo Frost, pero puedes comprobarlo con los trolls... Ellos fueron los que vieron esa dichosa profecía... pero como no quieres creerme, me reservaré lo demás... Pero, el no poder amar a nadie es el castigo que te mereces por arruinar mi futuro, toda una vida de planes...- dijo Audrey poniéndose frente a mi.
- Vete ya...- dije dándole la espalda.
Audrey soltó una leve risita y se retiró... Sus palabras no dejaban de dar vueltas en mi cabeza... Qué profecía?... Mi madre no sería capaz de hacer tal cosa, cierto?... Me sentía nerviosa y extraña, cómo sabía Audrey de las cosas que me estaban pasando?. Salí del salón con un sentimiento de confusión tremendo, caminé por los pasillos del castillo hasta que mi distracción me hizo estrellarme con mi tío Kristoff.
- Alek, estás bien?- preguntó él tomándome de los hombros.
- Oh... Sí, lo lamento tío, no te ví...- respondí aún algo perdida.
- No te ves bien, ven te llevaré por un poco de agua...- dijo llevándome hasta la cocina, me dió un vaso de agua el cuál bebí de un trago.
- Qué ocurre Alek?...- preguntó mirándome preocupado.
- Tío... Tú me conoces desde que era un bebé... Cierto?- pregunté dejando de lado el vaso que me había dado antes.
- Claro que sí...- respondió.
- Pasó... Algo conmigo en ese entonces?...- lo miré fijamente.
El también se quedó mirándome, pude percibir cierto titubeo para responder mi pregunta, lo cuál podría darme a entender que quizá Audrey no estaba tan equivocada...
- Algo? Cómo qué?- preguntó él.
- No lo sé... Algo diferente...- dije mirando el vaso que había dejado.
- Pues no Alek, realmente no, lo único que pasó fue que casi congelas a Sven con un estornudo, pero fuera de eso todo fue... Normal- dijo riendo un poco.
Reí un poco ante su comentario, mi tío Kristoff era siempre muy gracioso y espontáneo, momentáneamente me había hecho olvidarme de mi preocupación con sus historias.
Después de un rato él se retiró, ya que tenía que hacer algunas diligencias con mi tía Anna, me quedé un rato en la cocina, la preocupación había vuelto, quería buscar respuestas... Verdaderas respuestas, pero no sabría si podría enfrentar una realidad desagradable, pero necesitaba averiguar qué estaba pasando conmigo.
Los días pasaban, toda la emoción que sentía por la llegada de Carlos se había quedado en una especie de pausa, todo el tiempo me encontraba distraída y Andina había comenzado a notarlo.
- Alek... Estás bien?... Haz estado ausente todos estos dias, estás aquí físicamente, pero... Tus pensamientos dónde están? Los chicos llegan mañana... no te sientes felíz?- dijo tomándome de la mano.
- Oh... Claro que sí Andina... Es solo qué... Hace unos días ocurrió algo...- dije mirándola.
Le hablé a Andina sobre todo lo que había pasado, la visita de Audrey, lo que ella dijo sobre el supuesto hechizo que mi madre puso en mi, que sabía sobre las cosas que me estaban ocurriendo y que seguramente los trolls sabrían de que se trata.
- Alek... Seguro solo lo dijo para herirte, Audrey es malvada y no le agradas, así que es capaz de inventar cualquier cosa para hacerte sentir mal...- dijo molesta.
- Quizá tienes razón...- suspiré aún intranquila.
- Mejor disfrutemos estos días, nuestros amigos vendrán y la pasaremos genial- me sonrió poniendo su mano en mi hombro.
- Claro...- sonreí.
Por supuesto que disfrutaría los días que vienen, estaba dispuesta a averiguar la verdad, estaba arriesgando mucho, pero tampoco podía quedarme de brazos cruzados... Así que esa misma noche, cuando todos estaban dormidos decidí ir hasta el "Valle de las rocas vivientes", hogar de los trolls. Caminé hasta la entrada de Arendelle y me dirigí al bosque hasta llegar al valle.
- Hola?... Están aquí?...- dije mirando para todas partes, cuando las rocas comenzaron a moverse y rodar hacia mi revelando a los trolls.
- Princesa Aleksandra, que hace aquí?- preguntó uno de ellos.
- Necesito hablar con el jefe Pabbie...- dije inclinándose a la altura de ellos.
Una roca de gran tamaño se dirigió hacia mi.
- Princesa, sentí su magia, pero es diferente, que está ocurriendo?- preguntó el Gran Pabbie.
- Eso es lo que vine a averiguar... Que me ocurre? He tenido cambios muy extraños de pronto... Mi cabello se está tornando blanco poco a poco... He sentido frío, cambios en mi temperamento, como si algo dentro de mi se manifestara... Dolores muy agudos en el pecho, que curiosamente solo ocurren cuando hay alguna muestra de afecto de por medio...- dije mirándolo mientras él tomaba mi mano.
- Debe ser esa magia...- dijo en un susurró que alcancé a escuchar.
- Magia?... Cómo un hechizo?... Entonces... Es verdad?... Mi madre me hechizo?...- sentí un hueco en el estómago.
- Princesa... No piense mal de su madre, ella solo lo hizo para protegerla, cuando usted nació, una profecía, una visión llegó a mi...- dijo él.
- Qué es lo que dice esa profecía? o lo que muestra la visión? Para que mi madre tomara una decisión tan... Cruel... No lo entiendo...- dije muy confundida.
- Aleksandra... El caos provocado en tú corazón será desastroso para tí y para quienes te rodean...- dijo tocando mi cabeza, mostrándome esa terrible visión.
En ella aparezco yo, fuera de mí, llena de irá, de rabia, las personas que amo están convertidas en hielo, mi reino y los reinos cercanos están destruidos y bajo la nieve, frente a mi... Un chico... Tratando de acercarse... Es congelado... Y después destruido... Ese chico... Ese chico es... Carlos...
- Carlos!- grité abriendo los ojos y apartando la mano de Gran Pabbie de mi.
- Eso fue lo que llegó a mi el día que nació y fue lo que su madre vió... Por esa razón la puso bajo un hechizo, ese encantamiento haría desaparecer cualquier rastro de amor que apareciera en su corazón, para evitar el daño... Pero al parecer haz estado luchando contra él... Y al resistirte al efecto del hechizo, tú corazón se está congelando, por eso haz sufrido esas extrañas situaciones...- dijo el jefe Pabbie.
- Si continuo con mi relación como hasta ahora... Probablemente le haga un daño irreparable a Carlos... Y no solo a él... A todos?...- pregunté.
- Es lo que muestra la visión...- dijo el gran jefe.
- Pero... Dices que también hay una profecía... No hay cómo detenerme?...- pregunté buscando algún remedio, alguna esperanza, algo que me diera una salida.
- La profecía dice lo siguiente...
"Cuando el cálido corazón de la princesa se torne frio, sus sentimientos se extinguirán, tormento habrá para quien en su camino se cruce, afrontar su ira será un desafío imposible, en hielo a su lado todos acabarán..."- me miró con tristeza.
- No puedo dejar que eso pase... No puedo ser la causa de un caos tan grande...- dije bajando la mirada.
- Princesa... No le tome rencor a Elsa, ella solo intentaba evitar que algo malo le pasara...- dijo el troll.
- A mi?... La solución que tomó... Parece que fue solo para salvar su reino... Su gente... No buscó otra solución... Pero, no se preocupe... Sé lo que debo hacer...- dije conteniendo las lágrimas.
- Lamento que tenga que pasar por esto...- acaricio mi mano.
- No se preocupe... Gracias jefe Pabbie...- agradecí para después retirarme de ahí.
El camino al castillo fue largo, mi paso era lento, el dolor que sentía al enterarme de todo era inmenso, no podía entender por qué mi madre no había buscado otra solución más que intentar condenarme a la soledad... Sabía exactamente lo que debía hacer, pero el simple hecho de pensarlo hacia que mis ojos se humedecieran. Cuando llegué al castillo me encerré en mi habitación, me tiré en la cama y las lágrimas salieron rápidamente.
- Por qué?... Pensé que... Todo estaría bien ahora... - dije para mí aferrándome a mi almohada, ya era tarde, pero mi celular brilló mostrándome una notificación, se trataba de un mensaje de Carlos:
"Alek, te encuentras bien? No he podido dormir, no sé si aún estás despierta, pero por alguna razón sentí la necesidad de escribirte... Si estás despierta respóndeme por favor... Estoy contento, ya que mañana iremos todos a Arendelle... En fin, mejor descansa, te extraño, te amo".
Al leer el mensaje no pude ahogar el llanto, deje el celular a un lado y me aferré al relicario que Carlos me había regalado, así como al corazón que me dió ya hace tiempo.
- Sé lo que tengo que hacer...- dije llorando más, escondiendo mi rostro en la almohada, sin saber en qué momento me quedé dormida.

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Nuevo capítulo!
Primero no tardarme tanto en actualizar, agradezco infinitamente todos los votos que he recibido en estás últimas semanas, gracias por continuar leyendo!!
Abrazos de oso 🧸🐻✨

Helado Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora