"Una última vez"

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Alek había llorado casi toda la noche hasta quedarse dormida... estaba triste, asustada, decepcionada por todo lo que estaba pasando. Carlos por su parte, estaba ansioso de visitar Arendelle, habían pasado solo algunos días, pero extrañaba bastante estar con Aleksandra.
La mañana por fin llegó y los chicos estaban listos para abordar el barco que los llevaría a Arendelle.

PV Carlos

No había dormido muy bien, no sé si había sido la emoción o esa extraña sensación que había tenido por la madrugada, como un extraño presentimiento, eso me tenía un tanto distraído.
- Hey! Carlos, es hora de irnos, amigo- dijo Jay tomándome del hombro.
- Oh, claro, vamos- dije tomando Chico entre mis brazos.
- Estás bien? Te veo algo distraído- mencionó Jay.
- Déjalo Jay, debe ser la emoción de ir a conocer Arendelle de la mano de Alek- dijo Evie muy animada.
- No dormí muy bien y tengo un extraño presentimiento... Pero no debe ser nada importante- dije mirando a Evie y Jay.
- Exacto, disfrutemos esta última semana de vacaciones, cuando regresemos a Auradon, las clases estarán algo pesadas...- dijo Evie.
- Tienes razón Evie, disfrutemos las vacaciones- dije sonriente.
Y así, todos subimos al barco rumbo a Arendelle, pero esa extraña corazonada no me dejaba en paz, solo esperaba que Alek estuviese bien.

PV Alek

Cuando desperté tenía un dolor de cabeza tremendo, mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, no sabía con exactitud lo que estaba sintiendo, era una mezcla de sentimientos muy grande y difícil de definir, sin embargo, Carlos y los demás llegarían esa misma mañana, debía alistarme aún con el pesar que tenía, me dí una rápida ducha y eso me relajó un poco, me maquillé tratando de ocultar el aspecto de mis ojos, no era lo único que tenía que ocultar... Debía actuar normal frente a mi madre... Cuando terminé de arreglarme, llamaron a la puerta.
- Alek? Estás ahí?- era la voz de mi tía Anna del otro lado de la puerta.
- Sí, adelante tía...- respondí terminando de acomodar mi cabello.
- Cariño, los chicos están por llegar, será mejor que bajes ya... te ves preciosa, tu cabello está más blanco?- dijo la tía Anna entrando a mi habitación.
- Eso parece...- dije mirándome al espejo.
- Alek... Te sientes bien?, Te noto extraña- preguntó tocando mi frente y mis mejillas.
- Estoy bien, solo la emoción no me dejó dormir muy bien, pero me encuentro bien...- dije forzandome a sonreír.
- Bueno, estás lista?- preguntó tomando mi mano.
- Sí... Dónde está mi madre?- pregunté mirándola.
- Está ayudando a Andina con unas últimas decoraciones- respondió sonriente.
Me sentía herida por la persona que menos lo había esperado, aún si se había sido para protegerme, sentía que lo había hecho por proteger todo lo demás y verla me hacía sentir extraña.
La tía Anna y yo salimos de mi habitación, nos encontramos con Andina y mi tía se marchó a buscar a mi madre quien había ido a revisar que el menú y lo demás estuviera listo.
- Ya está todo listo Alek- dijo Andina muy contenta.
- Eso veo, la decoración que pusieron se ve preciosa, Andina- dije mirando el comedor.
Andina sonrió mientras terminaba de revisar la mesa de forma minuciosa.
- Andina...- dije con voz suave.
- Dime Alek- respondió sonriendo.
- Se que no digo esto muy a menudo, pero... Te quiero mucho... somos como hermanas, crecimos juntas... De verdad, te quiero mucho...- dije tomándola de las manos.
Andina me miró muy sorprendida, era verdad que no decía estás cosas muy seguido pero me había dado cuenta de lo mucho que había estado ayudándome desde que volví a Auradon, estaba pendiente de mi para que todo estuviese bajo control y no tuviera que dejarlos de nuevo.
- Oh Alek, me vas a poner sentimental... Pero... ocurrió algo?- dijo con unas cuantas lagrimitas asomándose.
- No... solo... eres mi prima favorita...- dije abrazándola y sonriendo también con unas cuantas lágrimas en mis mejillas.
- Soy la única que tienes...- dijo ella.
Ambas reímos entre lágrimas ante su comentario.
- Disfrutemos esto juntas- dijo Andina apretando mis manos.
Asentí y ambas salimos hasta el muelle, nuestros padres ya estaban ahí y el barco estaba cada vez más cerca, podía sentir como mi corazón se aceleraba, un poco de alegría en medio del dolor.

Helado Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora