"Neverland y un favor muy especial"

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PV Carlos

Los padres de Alek y Andina se fueron después de algunos días al igual que Aren, así que todos volvimos a nuestras habituales actividades. Con el paso de los días, comencé a darme cuenta de muchas cosas, lo que siento por Alek es algo diferente... Me gusta verla sonreír, me gustan sus ojos, la manera en la que se ruboriza de vez en cuando... En serio, es algo más, pero no logro definirlo bien... En dos ocasiones estuvimos a punto de besarnos... O al menos eso creo, pero solo me sentí más confundido después... Un beso... la idea me hace sentir mariposas en el estómago, pero... No quiero ofenderla, no me gustaría que eso la aleje de mi... después de todo, no somos más que amigos.
Dar vueltas al asunto me hacía sentirme ansioso y solo había una persona con la que podía hablar de esto abiertamente sin sentir presión y es... Ben. Después de las clases decidí buscarlo, llegue hasta su oficina para hablar con él.
- Ben?- dije tocando la puerta que estaba entreabierta y asomando mi cabeza.
- Carlos! Adelante- dijo él, dejando de lado unos papeles y poniéndose de pie.
- Puedo hablar contigo, Ben?- pregunté entrando y cerrando la puerta detrás de mí.
- Por supuesto amigo, siéntate... Qué puedo hacer por tí?- dijo sentándose nuevamente, mientras me sentaba yo del otro lado de su escritorio.
Le hablé de la situación, de lo que Alek me hacía sentir, de las ocasiones en las que casi nos besamos y que me gustaría saber que es lo que siento por ella, Ben me miró sorprendido durante toda la conversación.
- Y por eso vine a verte Ben... No sé que hacer... Quiero saber que es lo que estoy sintiendo por ella, no quiero que sea una confusión solo por el hecho de que ella estuvo conmigo cuando pasó lo de Jane y que además yo también la estuve ayudando... es confuso, pero siento una conexión fuerte...- dije suspirando.

- Me alegra saber que quieres definir lo que sientes para no herirla Carlos, eso habla muy bien de ti

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- Me alegra saber que quieres definir lo que sientes para no herirla Carlos, eso habla muy bien de ti... Pienso que tus sentimientos son puros hacia ella, lo he notado, creo que todos lo hacemos... Pero si de verdad quieres tener la respuesta por tu cuenta... Por qué no la llevas a una cita?- dijo Ben sonriendo.
- Una cita?... Claro! Pasar tiempo con ella en una situación dónde solo estemos nosotros puede ayudar... Pero, no quiero que sea algo simple, ni en el lago encantado....Ben, tu eres su mejor amigo, tienes alguna idea?- le pregunté entusiasmado.
- Hmmmm... Bueno, Alek disfruta mucho las fiestas de té, por qué no organizas algo así?, pero solo para ustedes dos- sugirió Ben.
- Es una buena idea... Pero dónde?- pregunté.
Ambos nos quedamos pensando unos minutos, cuando alguien en especial se me vino a la cabeza... Aren, el es ministro del invierno en Neverland pero... También en Wonderland, ahí estaba la respuesta.
- Ya sé! Qué mejor que una fiesta de té en Wonderland? Puedo pedirle a Aren que me dé una mano con eso- dije sonriendo.
- Cierto, siendo ministro en Wonderland el podría hablar con Alicia para que te permitan organizar algo ahí- dijo Ben animado -Ahí lo tienes Carlos, ya lo resolviste- sonrió.
- Gracias Ben, iré a ver a Aren ahora que no tengo asuntos pendientes por el momento- dije poniéndome de pie.
- Puedo pedirle a alguno de los guardias que te lleve- dijo Ben.
- No es necesario, usaré mi motocicleta y le pediré ayuda a Mal para cruzar el océano- sonreí.
Me despedí de Ben y fui directamente con Mal, le conté el plan y accedió a ayudarme de inmediato, hechizó mi motocicleta y me dirigí a Neverland cruzando el océano. Al llegar me encontré con un enorme castillo con un árbol en la entrada que irradiaba polvillos mágicos y dorados, el castillo estaba rodeado por cuatro espesos bosques, sus hojas eran de diferente color.
- Estos parecen ser los bosques de las estaciones... pero entonces estoy en...-
- Estas en el territorio de las hadas... quien eres tú?- dijo una voz suave y tranquila.
Mire detrás de mi, era una hermosa mujer de cabello castaño, casi como el color de las hojas en otoño, su vestido era muy largo y brillaba en destellos dorados, tenia también un par de alas preciosas.
- Disculpe... No vine a hacerles daño, mi nombre es Carlos DeVil, vengo de Auradon- dije mirándola.
- De Auradon? Qué sorpresa, es grato tener a la gente de Auradon aquí, discúlpame si te asusté, yo soy la Reina Clarion, soberana de las hadas y su territorio, mucho gusto, joven DeVil, dime... Qué puedo hacer por tí?- me preguntó.
- Bueno estoy buscando al ministro de invierno, Aren Frost- dije sonriendo.
- Al joven Frost? Bueno, debe de estar en su casa en el bosque de invierno, llamaré a alguna de las hadas de ese bosque para que te guíe hasta él- dijo sonriendo.
Sonreí de vuelta, su presencia era imponente pero muy cálida, tenía curiosidad... Siempre pensé que las hadas eran seres pequeñitos, pero ella era incluía más alta que yo. Me llevo hasta uno de los balcones del castillo mientras estábamos en espera de la hada a la que había llamado, podía ver con claridad los bosques y muchas hadas trabajando en diferentes cosas.
- Estamos algo atareados aquí, estamos en otoño, aún falta tiempo para el invierno pero las hadas se preparan desde mucho antes, preparan los copos de nieve, y toda la escarcha que cubrirá tierra firme- dijo la reina mirando a sus hadas trabajar.
- Entonces... La historia es real?... Bueno, es que... mi lugar de origen es la Isla de los Perdidos... Y varias veces escuché a Garfio hablar de este lugar pero esta es la primera vez que lo veo con mis propios ojos- dije mirandolas también.
- Ya veo... Sí, todas las historias y leyendas que se escuchan en tierra firme lejos de aquí, son reales... Nosotras las hadas nos encargamos de llevar las estaciones y sus cambios hacia los reinos, existen varios tipos de hadas y cada una tiene una función en especial- añadió.
- Pero... Siempre creí que las hadas eran... Bueno... Pequeñas- dije con algo de curiosidad.
Ella sonrió ante mi comentario.
- Tenemos la habilidad de cambiar de tamaño a nuestra conveniencia, así podemos trabajar en tierra firme sin que nadie nos moleste- dijo la reina.
Mientras observamos a las hadas trabajar en direfentes actividades, alguien llamó a la puerta.
- Adelante!- respondió la reina ante el llamado.
Cuando la puerta se abrió seguido del tintineo de una campanilla, entró una hada de cabello rubio y ojos azules, no muy alta.
- Tinkerbell? Qué ocurre? No deberías estar preparándote con las demás hadas artesanas para tus comisiones?-  dijo la reina.
- Si reina Clarion, es solo qué escuché que teníamos un invitado que quería ir al bosque del invierno y bueno pensé que quizás yo podría llevarlo hasta allá y...-

Helado Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora