Hanae tuvo semanas extremadamente ocupadas. Sus exámenes no eran sencillos, debía deborarse libros de gran tamaño para así poder responder cada tema con certeza y no equivocarse. Sin embargo, también tenía en mente lo que era el viaje con Jimin, y por supuesto que estaba planeando en cómo evitar cualquier desastre de sus vacaciones. Tan sólo quería pasar unos buenos días de vacaciones con su mejor amigo. No pedía mucho.
— ¿Qué te parece este vestido?—Iseul lo levantó, mostrándoselo—. Se parece mucho a ti, tiene flores.
— ¡Qué hermoso!
Hanae se encontraba en una boutique que tal vez era un poco costasa, pero no pudo evitar. Las dos chicas sabían que en una hora debían entrar a su próxima clase. A Hanae no le pareció una mala idea aprovechar sus horas libres de la universidad para acercarse a unas tiendas de ropa que, relativamente, estaban cerca de la universidad. Y la dulce Iseul no dudó en acompañarla, pues, aunque era callada, siempre daba consejos y opiniones sinceras. Así que hacían un muy buen equipo.
—Mídetelo—se lo dio Iseul—. Estoy segura que te quedará muy lindo.
— ¡Ay! Y es que necesito ropa linda—Hanae aplaudió mientras se dirigía al probador. Una de las trabajadoras de la tienda la ayudó a entrar y a pasarle el vestido—. Jimin será mi fotógrafo profesional en esos viajes, sobre todo al de la isla Nami.
La risa suave de Iseul se escuchó mientras Hanae se probaba la prenda. Durante los últimos días, era lo único de lo que hablaba Hanae: de el viaje y de lo muy emocionada que estaba de ir con Jimin, de que los lugaress eran muy lindos y que el clima también lo era para la época en la que estaban.
—Es muy bonito, ¿te gusta, Iseul?—la puerta del probador se abrió. Tanto la nombrada como la trabajadora la miraron, y las dos asintieron.
—Se te ve lindísimo. En serio.
—Entonces lo compraré.
Hanae había estado, cada que podía, comprando cosas para el viaje. Desde productos de primeros auxilios por cualquier emergencia, hasta lentes de sol parecidos para ella y Jimin. Estaba muy emocionada, puesto a que, cuando ellos eran más jóvenes y tenían menos responsabilidades, solían ir siempre a viajes de vacaciones con la familia de alguno de los dos. Hanae y Jimin siempre fueron muy unidos. Los abuelos de Hanae consideraban a Jimin como uno más de la familia, y ni hablar de los padres de Jimin; adoraban a Hanae.
Luego de terminar en aquella tienda, las chicas comenzaron a caminar por las calles de Seúl para encontrar un lugar donde comer. Aún les quedaban apróximadamente cuarenta minutos para regresar a la Universidad, así que querían pasar primero por un refrigerio.
— ¿Sabes? Mi prima fue a un pequeño café que está como a dos calles. Podemos ir—sugirió Hanae—. Es relativamente nuevo, así que no va mucho gente, y dice que los postres son riquísimos.
—Entonces vayamos—sonrió Iseul.
Hanae comenzó a caminar en dirección al lugar, Iseul sólo la seguía.
— ¿Te has dado cuenta de que tú y Jimin se irán al paraíso de los recién casados? Y solos—la chica bromeó inocentemente, tapándose su boca y haciéndose la sorprendida. Claramente se refería a uno de los destinos planeados: Jeju—. Estoy segura que más de una vez les preguntarán sobre eso.
—Oh... Oh no—Hanae la miró con los ojos muy abiertos—. ¡Se me había olvidado! Dios, ahora Hanbyul va a pensar que lo que quiero es seducir a Jimin.
— ¿Si?
—Sí—rió—. Ahora ya no será que quiero atención, ahora será que quiero ir con Jimin a la isla de los enamorados. ¡Oh no!
Isaul rió muy suavemente, imaginándose la situación. Y es que Hanae no se había detenido a pensar, ¿cómo habría hecho Jimin para decirle a Hanbyul sobre el plan de su semana vacacional? No creía que haya estado muy de acuerdo, es decir, iría a pensar cosas que no son al saber que irían sólo ellos dos. Sólo esperaba que todo saliera bien.
—Creo que es por acá—Hanae comenzó a mirar los locales, cambiando en tema—. ¡Sí! Ese es, se ve bonito.
Ambas chicas se acercaron al lugar y empujaron la puerta, adentrando a la cafetería. El lugar no estaba lleno, de hecho, habían unas cuantas personas conversando tranquilamente. Hanae no tardó en escoger una mesa cerca de en gran ventanal. Le gustaba la iluminación.
Pronto, una muchacha las atendió y tomó sus pedidos. Luego se retiró.
—Dios, tan sólo escuchar el nombre de los postres me hace querer pedir todos—murmuró Hanae, tocándose la panza.
—Ojalá mi metabolismo fuese el más rápido para comer todos los días de esto.
Hanae no tardó en reír por lo que dijo su amiga, comentándole a la chica que también deseaba lo mismo.
—Y también tener el dinero para comer esto todos los días—agregó—, no se te olvide.
Las dos muchachas rieron ante el comentario.
[...]
Luego de que Hanae e Iseul terminaran de comer sus postres, se dirigieron a la universidad y terminaron la larga jornada de la tarde. Hanae ya había finalizado todos sus exámenes del día cuando decidió pasear por las calles, dirigiéndose al muy frecuentado restaurante de su abuela.
Quería verla nuevamente antes de que anocheciera, quizás charlar un poco y luego comentarle en si sería una buena idea pasar la noche con ella. Pues, desde que su abuelo murió, ha vivido sola. Y su abuela aseguraba que estaba completamente bien, pues siempre fue muy independiente, pero Hanae estaba consciente de que le hacía falta su compañero. Así que quería encargarse de ser su compañía tantas veces como pudiera. Además, era la única familia que Hanae tenía en Corea en la actualidad. Sus padres vivían ahora en Japón, después de que la mamá de Hanae empezara una empresa allá. Y, aunque claramente la chica quería ir con ellos, sus estudios eran mucho más importantes. Además, tampoco quería dejar a su abuela, menos a Jimin.
Sí le hacían falta, pero podía sobrevivir.
Hanae decidió tomar un pequeño atajo, cruzando un bonito parque que estaba lleno de parejas, algunas viendo en lago. Otros sentadas bajo los focos iluminados, otras tomándose fotos. Era un lugar lindo, sin embargo, Hanae observó a una figura conocida caminando en su sentido contrario, junto a otra muchacho que no sabía quién era.
Hanbyul ni siquiera se percató. Para la suerte de la chica, Hanbyul estaba muy concentrada hablando con el muchacho y dándole roces de hombro bastante sospechosos. Hanae caminó rápido, tampoco quería que la vieran. Y, cuando los pasó, no dudó en mirar hacia atrás para verificar si lo que había visto era cierto.
No sabía qué pensar, y realmente no entendía por qué era ella la que se tenía que encontrar con esas cosas. Su cabeza ahora era un desastre, otra vez. Hanbyul la estresaba.

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Love Maze↠p.jimin
Fanfiction❝No puedes darte cuenta, ¿cierto?❞. En donde Jimin arriesga lo incorrecto por un amor falso. ❁Prohibida su copia, plagio o adaptación.